La imaginación es la única arma en la guerra contra la realidad (Lewis Carroll)
Esta lectora desconoce si el lógico, matemático y escritor británico autor de Alicia en el País de las Maravillas acertó de pleno con esta frase y la imaginación es el único camino para vencer la materialidad insustancial que nos rodea. Lo que sí sabe es que es, desde luego, la más potente herramienta con la que hemos sido obsequiados —por esos dioses que se juegan a los dados el universo— para combatir a la grisura corpórea que comanda el batallón de la rutina. Para, en ocasiones, encontrarle el sentido al absurdo en el que nos hallamos inmersos lo sepamos o no. Y si de imaginación hablamos, qué mejor que centrar la mirada en uno de los autores que mejor la ejerce. Tras llenar sus cuadernos de tierra, embadurnarse los zapatos del polvo de innumerables caminos y cruzar fronteras interiores y terrenales, Manuel Moyano regresa con garbo a los senderos de la ficción, y lo hace portando el estandarte de la mejor literatura, para regocijo de sus lectores.
La versión de Judas (Editorial Talentura, 2024) es hasta la fecha la cuarta colección de relatos de Manuel Moyano, y demuestra una vez más su solvencia en la distancia corta de las letras. Fiel creyente del azar y la aventura apostados tras cualquier esquina, Manuel Moyano selecciona para esta obra diez relatos que probablemente harán regresar al lector a una juventud donde los cuentos eran cuentos y no propaganda. Un avispado can que arrastra a ciudadanos incautos a un macabro sótano. Un tren infinito que surca las ásperas llanuras castellanas a ninguna hora. La utopía de conjurar el olvido en unas cuantas páginas escritas. Una curiosa epopeya al auspicio de un sueño. Un concienzudo cronista con dilemas morales acerca de la historia más reciente. El intrigante fragmento de un selvático diario. Un enigmático individuo acompañado irremediablemente a todas horas. El conflicto de un escritor a un lado y otro de un espejo. Un Judas moderno que traiciona a su Mesías por una ingente cantidad de euros. Y, mi favorito, una sátira donde la estulticia del más alto rango se ocupa en compartimentar la bóveda celeste. Diez relatos sencillamente fascinantes.
Con su prosa impecable y precisa de relojero suizo, Moyano intercala lo insólito, lo asombroso, entre capas de la sustancia a la que llamamos realidad, obteniendo así relatos tocados por un aura de extrañeza, de inquietud, cuyos finales dejarán al lector perplejo como poco. Destacaría asimismo su sentido del humor, ácido unas veces, irónico, cruel o ambas, otras. Y no me queda más que pediros que en este mundo absurdo donde los tambores de guerra alzan su voz por encima de cualquier atisbo de humanidad o de cordura, huyamos, y hagámoslo a bordo de las mejores letras, por ejemplo, de las que dan vida a esta obra.
La tengo ya comprada... pero esperando turno hasta que los trabajos burocráticos de comienzo de curso dejen de asfixiarme
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