A veces no sabes cómo empezar a escribir algunas reseñas, sobre todo cuando aún te duele la tripa de todo lo que te has reído. ¿Y qué digo yo que esté a la altura de este maravilloso disparate? Si os digo que la autora es la gaditana Gema Tacón, ya deberíais saber entonces que la dosis de risas (y de muertes también) va a ser altísima. En la novela que acabo de terminar Gema Tacón ha vuelto a lucirse y poner en las manos del lector una obra original que solo podría haber sido concebida por su mente alocada y talentosa. Una novela en la que mientras te carcajeas te vas diciendo: uy, cuidado que parece que el bulto ese que hay en el suelo es un fiambre. Y si encima la historia incluye un par de cameos de tu adorada detective Warne, pues qué os voy a contar.
Un diminuto contratiempo (autopublicación en Amazon, 2021) es una novela cortita (unas 150 páginas en digital que se amplían a unas 196 en edición impresa) rebosante de ingenio donde la protagonista es Ada Lovelace, una científica flacucha y poco agraciada que trabaja en un proyecto secreto en el laboratorio de una gran empresa (otra prota con el sello tacón: una mujer peculiar y alejada de los stándares sociales que va a cargar sobre sus estrechos hombros con la gran responsabilidad de resolver el marrón en el que se ha metido y detener a los malos). Junto al apuesto John Dalton (daltónico monocromático, vaya tela), del que está enamorada en secreto, Ada ultima un experimento con una mini impresora 3D con la que pueden cambiar sustancialmente el tamaño de los objetos. El problema surge cuando Ada entra en la habitación estanca donde van a hacer la prueba sin percatarse de que Sputnik Tercero (la rata alopécica que tiene como mascota) va dentro de su traje, y organiza un buen tinglao en el que sin querer se pone en marcha la máquina. Las consecuencias de este contratiempo van a ser a ratos diminutas y a ratos tamaño real, procurándole a Ada unas situaciones en las que el lector se va a partir de risa. Sin embargo, oh! primer cadáver: nuestra protagonista va a encontrar a su jefe muerto y va a ser acusada de asesinato. Para colmo, Nocat, un mafioso y megalómano de primer nivel, parece muy interesado en los resultados del experimento para llevar a cabo su malvado plan de dominación mundial, que constituiría una gran amenaza para el orbe terrestre. Para ello, secuestra a Ada y a John y los amenaza con hacer daño a personas cercanas. ¿Podrá nuestra flacucha cerebrito con la ayuda de sus amigos —y con alguna otra sorpresa— impedir una catástrofe mundial?
Con infinitas pinceladas de humor, en Un diminuto contratiempo, Gema Tacón enfrenta al lector a situaciones disparatadas, escenas de acción y ciencia ficción, aliñadas con numerosas dosis de ternura y humanidad. La originalidad de este thriller donde la ciencia ficción y la comedia van de la mano radica en nuestra heroína, que intentará salvar al mundo echando mano de sus conocimientos y a pesar de su manifiesta torpeza, sus impulsos y sus sentimientos. El dinamismo y el ritmo trepidante que requiere la honrosa misión de salvar a la humanidad (y el propio pellejo si es posible) se ven salpicados de escenas cómicas que se apoyan en la escatología, el sarcasmo, la sexualidad o los accidentes tontísimos. Al mismo tiempo, también nos abre la puerta a la reflexión: está claro que los avances tecnológicos son, en general, beneficiosos, pero, ¿pero qué consecuencias entrañarían de caer en las manos inadecuadas? Lectura muy amena y, por supuesto, muy recomendable.
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