sábado, 13 de septiembre de 2025

Después de la derrota, de Paco Gómez Escribano


Y me pregunto, como he hecho tantas otras veces, que qué será lo que queda después de la derrota. Y lo veo claro. Después de la derrota están las ruinas de la derrota. Y después de eso, la nada, la puta nada infinita.

Realista e inapelable, esta reflexión cruza los pensamientos del protagonista hacia el final de la novela que acabo de terminar. Su autor, Paco Gómez Escribano, madrileño del barrio de Canillejas, ambienta todas sus historias en el barrio que lo vio nacer, crecer y, en cierto modo, desencantarse del mundo. Porque dicen por ahí que todos los caminos llevan a Roma, pero en ciertos lugares pareciera que todas las calles, salvo contadas excepciones, fueran la crónica de una debacle colectiva y anunciada.

Después de la derrota (Editorial Alrevés, 2024) es la undécima novela publicada de Paco Gómez Escribano, experto en dar voz, en negro sobre blanco, a todos aquellos cuyas voces no alcanzaron ni alcanzarán a alzarse sobre el ignominioso silencio de la peor de las miserias, la de habitar callejones sin salida, la de recibir siempre las peores cartas en la partida, la de la falta de oportunidades licuada en una asquerosa cucharilla o sublimada junto a pequeñas partículas de polvo obstinadas en perforar el tabique nasal. Al protagonista lo bautizaron como Cipriano pero, como era un nombre que sonaba a antiguo, se autonombró Zip. Un día fue periodista, y escribió sensacionales artículos sobre un atracador de su propio barrio, pero sus adicciones y la catadura moral de algunos de sus coetáneos le cercenaron las alas y las posibilidades, y ahora regenta un hostal de tercera, heredado de sus tíos, que sobrevive gracias a las remesas de obreros que llegan a trabajar en la "capi". En el momento en que empieza la novela, Zip vuelve del funeral del Chule (el otro personaje principal de la historia, el atracador objeto de sus artículos periodísticos del pasado con quien fue forjando una relación de amistad) y decide que el momento es tan bueno como cualquier otro para pasarse por el banco. Una vez dentro, su pésima estrella le ofrenda el papel de rehén en un atraco a mano armada. Ironías del destino, el líder de los yonquis-desquiciados-atracadores, perdedores también por herencia genética, es el Nico, hijo del Chule, quien le pidió que lo cuidara en su lecho de muerte. Como buen defensor de las causas perdidas, Zip se erige como intermediario entre los delincuentes y la policía. Por un lado, nos narrará en presente el devenir del suceso, que transcurre en plena pandemia. Por otro, nos narrará en pasado cómo comenzó a escribir los artículos sobre el Chule y cómo fue surgiendo su amistad. Asimismo, y en segunda persona, le hablará al fallecido como si estuviera presente, haciendo un recorrido por su trayectoria y vivencias en diferentes prisiones del país, y exponiendo con claridad y sin tapujos las sórdidas atrocidades que durante muchas décadas se cometieron en el sistema penitenciario español (no solamente en el tardofranquismo, sino también auspiciadas, sorprendentemente, por el gobierno de izquierdas de González) de las que, por conveniencia, se ha hablado poco o nada.

Aunque Después de la derrota está relatado desde la perspectiva de Zip, su estructura narrativa podría resultar compleja si no fuera por la habilidad del autor, que consigue que el lector nunca pierda el hilo ni se enrede en él. Su estilo es directísimo, coloquial y genuino, pues conoce a la perfección el barro que modela y le da forma a su antojo. Gómez Escribano nos ofrece una narración cruda, áspera y realista, pero no exenta de pinceladas de ternura y de humor negro negrísimo. Como en títulos anteriores, Gómez Escribano radiografía con precisión y humanidad el espíritu del barrio de Canillejas, transfiriendo a sus páginas la atmósfera de sus espacios, las idas y venidas de la gente de a pie que los habita. Si hay algo que me gusta particularmente del autor es la sinceridad y la naturalidad con las que mira y describe un abismo que pocos esquivan. Otra cosa que admiro de este autor es su manera de crear personajes secundarios inolvidables, que nacen con la derrota tatuada en cada milímetro de la piel. En esta novela se las conoce como la Marga y la Cari, dos amigas yonquis, enganchadas al jaco, cuya maxima aspiración es huir del mono a como de lugar. Después de la derrota es una historia de historias, de fracasos pretéritos y futuribles, de poca justicia y muchos pecadores por herencia, de malas muertes y peores vidas. Un relato de un infierno como tantos otros, sin aspavientos ni culpas. 

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