La memoria de la infancia supone a menudo un reducto de indulgencia a donde volvemos de cuando en cuando en busca de sosiego. Ajenos al dolor de los días y los adioses sucesivos, inmunes al desaliento, la vida nos espera en las esquinas dispuesta a sorprendernos y a entregarnos el precioso don de la ilusión. Creemos en duendes y ratones estraperlistas, e incluso pensamos que los escritores de las historias que leemos o que nos cuentan son auténticos magos poseedores de una sabiduría cósmica y armarios repletos de criaturas increíbles. Cuando crecemos, algunos nos sentimos afortunados al constatar que es así, que no fue una invención de nuestra disparatada imaginación de niños. Fíjense si no en Paco López Mengual. De sus cajones sale lo mismo un botón o una cremallera que un personaje asombroso que nos lanza un hechizo para mantenernos pegados a unas páginas.
Esta vez (ya la décima), nos acercamos a López Mengual como narrador infantil en ¿Te CUENTO un CUENTO? (Alfaqueque Ediciones, 2016), una obra compuesta por seis relatos donde la aventura, el misterio y las sonrisas se combinan con el color y la ternura de las ilustraciones de Sofía Martínez y el talento narrativo del autor para cautivar a los lectores (de cualquier edad) y mantenerlos en vilo de la primera a la última página del cuento. En “Sémola Semolorum", el escritor nos pone sobre aviso del cuidado con el que hay que manejar las varitas mágicas; es probable que se nos escapen un par de lágrimas al saber de la vocación de astronauta del personaje de "Mis viajes con monsieur Dupont"; aprenderemos la importancia de llevarse bien con los amigos invisibles en "Mi amigo invisible se llama Chipé” y a mirar de otro modo a los personajes peculiares de los pueblos en "El Gigante"; en "La Llave del Tiempo" viajaremos a mundos remotos y nos preguntaremos si nosotros hubiéramos actuado igual que el protagonista y, finalmente, en "La maldición del Árbol Botella" descubriremos una inquietante historia que sustentará los extraños sucesos acaecidos en un barrio cualquiera.
Siempre es un placer sumergirse en las letras de Paco López Mengual, y aún más cuando se recuperan los ojos de una niña que siempre creyó en la magia. ¿Os cuento algo? He descubierto su secreto: cose las historias con un hilo tan tan tan mágico que es imposible que no nos gusten. Probad a ver si a vosotros os ocurre lo mismo.
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