domingo, 30 de octubre de 2022

Antes mueren los que no aman, Inés Plana

Amar y morir parecen ser dos de los ingredientes básicos que llenan los cajones de aquellos dedicados a surtirnos de experiencias literarias. Que se lo pregunten si no a Inés Plana. Su primera obra publicada, Morir no es lo que más duele, ya me dejó buen sabor de boca, que ahora se intensifica tras la lectura de la segunda.

Se titula Antes mueren los que no aman (Espasa Libros, 2019), y puedo decir que la he disfrutado y la he sufrido al mismo tiempo. Inés Plana sitúa el comienzo de la novela en las navidades de 2009, en plena crisis económica, que se tiñen de rojo sangre en la pequeña población de Uvés, en la sierra madrileña, con la trágica muerte de una funcionaria de la Seguridad Social tras un empujón por parte de una desconocida que se da a la fuga tras contemplar el catastrófico resultado de su agresión. El teniente Julián Tresser deberá estar al mando de la investigación que arroje luz sobre la identidad de la mano homicida, pero no podrá centrarse completamente en la resolución del caso al hallarse inmerso en la búsqueda de Luba, una adolescente desaparecida dos años antes y a la que le unen lazos familiares descubiertos sorpresivamente al final de Morir no es lo que más duele (primera entrega de la saga protagonizada por Tresser). Encontrar a esa niña e intentar resarcirla de toda una vida de penalidades se ha convertido en su objetivo de vida, y no renunciará a él bajo ninguna circunstancia, y menos aún cuando recibe cierta información que podría ayudarle a localizarla. Tresser lamenta no poder apoyarse esta vez en el cabo Coira, quien disfruta de unos días de permiso intentando volver a encajar con su familia en tierras gallegas. Sin embargo, el destino tiene otros planes para él y no le quedará más remedio que colaborar con sus compañeros de Madrid. En su interior, se desencadena una batalla entre el deber y la familia de la que es difícil que salga ileso. Mientras tanto, Luba ha escapado del prostíbulo donde la retenía el ex mercenario Águila desde el mismo momento de su desaparición. En su accidentada huida hacia la anhelada libertad, acaba escondida en el sótano de la mansión de una famosa actriz que guarda oscuros secretos. ¿Logrará encontrarla Tresser y ofrecerle la vida que nunca tuvo? ¿La localizarán primero aquellos que la mantuvieron cautiva?

Antes mueren los que no aman ofrece al lector una excelente arquitectura narrativa donde tramas y subtramas se engarzan a la perfección en una sucesión de acontecimientos que mantiene en todo momento la tensión dramática por las nubes, a un ritmo trepidante y, en ocasiones, frenético. La profundidad psicológica de los personajes y las situaciones a las que se ven abocados despertará, sin duda, sentimientos y emociones difíciles de controlar en el lector. En mi caso, he tenido que detenerme varias veces, respirar profundamente y recordarme que estaba leyendo ficción. Tenía razón quien me dijo que estos personajes iban de algún modo a formar parte de mi familia, y ahora me cuesta despedirme de ellos. En opinión de esta humilde lectora, eso es una señal más que clara de que tengo que recomendarla. Ya saben, si les apetece, averigüen más leyéndola. 

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