martes, 20 de junio de 2023

Polvo de glaciar, de Antonio J. Ruiz Munuera


Llamamos glaciares a grandes masas de hielo y de nieve granulada que se forman en aquellos lugares del planeta donde, a causa de la altitud o la latitud, a lo largo del tiempo se acumula más nieve que la que se derrite. De porte imponente y majestuoso, y a pesar de lo que pueda parecer a simple vista, estos colosos helados no son entes estáticos, sino que se desplazan de manera lenta hacia los valles. En ese desplazamiento, muelen las rocas que les sirven de sustrato generando un fino grano de arena cuyo alto contenido en hierro -micronutriente esencial de los organismos marinos según afirma la ciencia- favorece el crecimiento del fitoplancton, influyendo en el dióxido de carbono de la atmósfera. ¿Qué por qué les cuento todo esto? Sencillo. Para que puedan comenzar a imaginarse el contenido de la obra que acabo de terminar. Si se me permite la analogía, equipararía a su autor con el glaciar cuyo movimiento (físico o imaginario) genera un polvo de letras magníficas cuya riqueza nos nutre a nosotros, sus pececillos lectores, que sonreímos y hacemos el aire del mundo un poquito más respirable.  

 Polvo de glaciar (Ediciones Desnivel, 2023) es el título que Antonio J. Ruiz Munuera ha escogido para su última obra publicada -con el objetivo de que la introducción de esta entrada tuviese sentido, claro-, finalista de la XXIV edición del Premio Desnivel de Literatura. Naturaleza salvaje, espacio abierto, belleza, movimiento, experiencia, aventura y buena literatura amalgamados en exactamente 156 páginas. Nada a lo que no nos tuviera acostumbrados desde aquel magnífico La luz de Yosemite (2015). En Polvo de glaciar, Ruiz Munuera vuelve a rendir tributo a su gran pasión por los espacios naturales, el ciclismo, la escalada, la fotografía, etc., en 23 textos de extensión variada (algunos con aspiración de algo más) en los que el lector será testigo de escenarios y situaciones tan variopintas como una mujer especial entrenando en un rocódromo, la filmación de una película imposible, ascensiones por paredes endiabladas, aviones estrellados cuya alucinógena mercancía queda atrapada en un lago helado, paisajes asombrosos, excursiones y salidas de buceo con final nada predecible, imprudencias varias, saltos al vacío o incluso una angustiosa llamada a un servicio de emergencias tras la caída de un compañero de aventuras.

La pluma inquieta de Ruiz Munuera mezcla en las páginas de Polvo de glaciar a leyendas de determinadas disciplinas con paladines locales, éxitos y fracasos, amaneceres y ocasos. Matiza el drama de los momentos serios con excelentes pinceladas de humor negro. Navega entre el lirismo del lenguaje poético hasta la gravilla del más coloquial, sin dejar de lado tecnicismos necesarios que los lectores ignorantes de la materia (bueno, yo ignorante de casi todas) buscamos en Google para no perdernos nada. Mi más sincera admiración al escritor por haber conseguido plasmar negro sobre blanco paisajes, acciones, personas y, sobre todo, sensaciones, y por las ilustraciones escogidas para acompañar a algunos de los textos, que ya cuentan una historia por sí mismas. 

1 comentario:

  1. Es un magnífico narrador. Qué suerte tenemos de contar con él tan cerca. Y de leerlo. Gracias por tu aproximación.

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