viernes, 31 de octubre de 2025

El balanceo del Alacrán, de Eduardo Fernán-López


Este vaise i aquel vaise,
e todos, todos se van,
Galicia, sin homes quedas
que te poidan traballar.
Tés, en cambio, orfos e orfas
e campos de soledad,
e nais que non teñen fillos
e fillos que non tén pais.
E tés corazóns que sufren
longas ausencias mortás,
viudas de vivos e mortos
que ninguén consolará. (Rosalía de Castro)

El 15 de febrero de 2022, durante una gran tempestad, el arrastrero español Villa de Pitanxo fue engullido por el Atlántico a 250 millas de las costas canadienses de Terranova y Labrador. De sus 24 tripulantes, sobrevivieron únicamente tres. Aunque la investigación sigue abierta, todo parece apuntar a un error humano del capitán al intentar recoger las redes durante el temporal y dar tarde la orden de evacuación del barco. Estos datos, fríos y asépticos, son en realidad el negro sobre blanco de una ignominiosa tragedia, del aciago destino que acecha siempre a las gentes del mar, y este caso real es el germen de la novela que acabo de terminar. Su autor utiliza el naufragio del Villa de Pitanxo, ficcionando algunos de sus elementos, como punto de partida de una historia de crimen y misterio.

En El balanceo del Alacrán (Destino, 2025), de Eduardo Fernán-López, el pesquero se llama Alacrán y solo dos son los supervivientes del naufragio acaecido en las mismas aguas. Siete meses después de que comience el juicio que trate de encontrar las causas del accidente y depurar responsabilidades, alguien asesina a Raúl Barros, presidente del grupo empresarial propietario del pesquero, y a su hija, con la que este no parecía mantener muy buena relación. Para intentar esclarecer este doble crimen, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Vigo, encabezado por el inspector Tristán Negreira y la subinspectora Virginia Almada, tendrá que emplearse a fondo. A los pocos hilos de los que tirar se unirá el hermetismo del entorno de la naviera, cuya junta directiva está demasiado ocupada en una lucha intestina por el control de la empresa. Quizá la prensa tenga la clave para resolver este caso...¿Tendrán los asesinatos de Barros e hija relación con el naufragio del Alacrán? ¿Cuál es la razón de la inexistente relación entre padre e hija? ¿Y por qué, si llevaban mucho tiempo sin hablarse, estaba ella en esa vivienda la noche de autos? Ya sabéis... Si os ha picado la curiosidad, tendréis que leerla.

Dos voces narrativas se alternan en El balanceo del Alacrán para trenzar una historia que atrapa pronto al lector. Por un lado, un narrador omnisciente desvelará los pormenores de la investigación, de la relación paterno filial y del modo en que se gestan ciertas noticias bomba que aparecerán en la prensa. Asimismo, nos dibujará, con calma y unos diálogos muy potentes, las luces y las sombras de unos personajes profundamente humanos y muy verosímiles. Por otro lado, una voz en primera persona nos narrará un pasado de lucha, de reivindicación, de dolor y de venganza. Con una prosa muy correcta y muy medida, sencilla y directa, Eduardo Fernán-López ofrece al lector una novela con una atmósfera conseguida con mucha habilidad que llevará al lector a querer saber más y más, a devorar con ganas cada página hasta alcanzar la resolución del misterio. Si os gusta la novela negra, yo no me la perdería. Palabra de lectora.

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El balanceo del Alacrán, de Eduardo Fernán-López

Este vaise i aquel vaise, e todos, todos se van, Galicia, sin homes quedas que te poidan traballar. Tés, en cambio, orfos e orfa...