miércoles, 30 de julio de 2025

El hombre que mató a Antía Morgade, de Arantza Portabales

De ahora en adelante, el deber nos ordena sospechar los unos de los otros (Diez Negritos, Agatha Christie)

Hay citas que cobran pleno sentido tras leer algunos libros. Este es uno de esos casos. Arantza Portabales la escogió para encabezar la novela que acabo de terminar y la elección no pudo ser más acertada. No recuerdo si en alguna lectura anterior había barajado tantos sospechosos, pero en esta desde luego la lista es extensa, por lo que la intriga y el suspense de la misma estaban garantizados desde el inicio. 

El hombre que mató a Antía Morgade (Lumen, 2023), de Arantza Portabales, es la tercera entrega de la serie protagonizada por el inspector Santi Abad y la subinspectora Ana Barroso (¿me volveré a encontrar con estos personajes en el futuro? Espero que sí), una historia tremendamente compleja donde todos los tiempos verbales se reducen trágicamente a pasado. La trama comienza con el reencuentro de seis personas, que hace ya más de dos décadas cohabitaron el mismo piso de menores tutelados, la víspera de la Fiesta de Santiago Apóstol. Aunque las vidas de cada uno de los seis ha tomado diferentes derroteros, el regreso de uno de ellos a Galicia los reúne de nuevo en una cena donde solo cinco quedarán con vida. El pasado siempre vuelve a cobrarse sus deudas, y el suicidio de una de sus compañeras de piso, Antía Morgade, veintitrés años tendrá mucho que ver con los sucesos del presente. El principal sospechoso, según el testimonio de los afectados, es uno de los cuidadores que velaban por ellos en aquel piso tutelado, recién salido de prisión tras cumplir veinte años de condena por abuso sexual a menores que se encontraban bajo su tutela. Al mismo tiempo, la lógica dice que la explicación más sencilla sería que uno de los presentes en la cena fuera el asesino... Con esa complicada disyuntiva tendrán que lidiar Abad y Barroso, cuyas situaciones personales parecen haberse estabilizado, pero ya sabemos que todo lo que reluce no es oro. Una vez más, los investigadores tendrán que intentar dejar de lado esos sentimientos que los unen y los separan al mismo tiempo para hacer frente a un rompecabezas en el que se solapan pasado y presente.

Mediante capítulos cortos que imprimen agilidad al ritmo de la novela, en El hombre que mató a Antía Morgade, Arantza Portabales sumerge al lector en una historia en la que todo parece estar claro al inicio, pero que nos demuestra una vez más que las apariencias son engañosas. Una historia perfectamente estructurada repleta de misterio e intriga donde abundan los giros y cuyas páginas están pobladas de personajes que luchan o se rinden antes sus propios demonios interiores y encajan tanto en el rol de víctima como en el de verdugo, lo que provoca que la sospecha no tenga un objetivo claro en el que enfocarse. Los personajes son capaces de mostrar a la vez lo mejor y lo peor del ser humano, lo que les otorga un alto grado de verosimilitud. En definitiva, El hombre que mató a Antía Morgade es una de esas lecturas que, una vez empezadas, no se pueden soltar, por lo que no queda más que recomendarla.



domingo, 27 de julio de 2025

La vida secreta de Úrsula Bas, de Arantza Portabales


A veces, aun rodeados de gente, nos sentimos solos. Muy solos. Las quasi perfectas burbujas que visten nuestras vidas de cara a la galería no son más que disfraces, escudos tras los que nos ocultamos del implacable vacío que nos asedia cuando dejamos de fingir y nos atrevemos a ser nosotros mismos. Y de repente aparece alguien que nos rompe los esquemas y nos muestra qué deseamos realmente (o nos hace desearlo). Alguien que provoca que se mueva el suelo bajo nuestros pies y que llega a conocernos más que nadie, incluso que nosotros mismos. La autora y muchos de los personajes de la novela que acabo de terminar saben perfectamente de lo que hablo, pues es básicamente el trasfondo de la historia, una frenética intriga de soledades silenciadas, celos y venganzas.

La vida secreta de Úrsula Bas (Lumen, 2021), de Arantza Portabales, es la segunda entrega de la saga protagonizada por el inspector Santi Abad y la ahora ya subinspectora Ana Barroso. La trama comienza un año y medio después del final de Belleza Roja, con la reincorporación de Abad a su comisaría tras un largo período de baja, causada tanto por los pormenores del caso Alén como por las zonas oscuras de su vida privada. Durante su ausencia, las cosas han cambiado bastante en comisaría. La jubilación del anterior comisario ha puesto al frente a Álex Veiga, un tipo atractivo y carismático que poco tiene que ver con su antecesor. Ana Barroso, con su ascenso a subinspectora, tampoco parece ya ser la misma. Abad y Barroso volverán a formar equipo para investigar la desaparición de la célebre escritora Úrsula Bas, que se esfumó como por arte de magia el viernes anterior, de camino a dar una charla en una biblioteca a la que jamás llegó. Los pasos de la investigación los llevarán hacia un caso que quedó sin resolver, el de Catalina Fiz, desaparecida sin dejar rastro tres años atrás. Mientras tanto, y de forma paralela, la voz de Úrsula Bas nos irá contando qué pasa por su cabeza durante su encierro, remontándose a un pasado no tan lejano en el que conoció a su secuestrador y se enamoró de él, y teniendo la certeza de que en un momento u otro la matará. Asimismo, Arantza Portabales intercalará en la historia, con un peso más que relevante, los detalles de la faceta personal de Santi y Ana (cuando dejan de ser Abad y Barroso). Si en la anterior entrega su relación ya era complicada, en está se difuminará mucho más la frontera entre el amor y el miedo, entre la profesionalidad y esa llama que por mucho que soplen no termina de apagarse.

Estructurada en 111 capítulos de extensión breve, La vida secreta de Úrsula Bas cuenta con dos narradores. Por un lado, un narrador omnisciente en tercera persona a través del cual conoceremos los avances de la investigación y de la turbulenta relación entre Santi y Ana y, por otro, la voz de la propia Úrsula Bas que relatará en primera persona su experiencia presente y pasada. El escenario de la novela es principalmente Santiago de Compostela, pero el ciertos momentos la acción se trasladará tanto a Pontevedra como a Proendos, un pequeño pueblo lucense. Mediante unos personajes muy bien perfilados, una prosa sencilla pero cuidada y un estilo muy visual, Portabales ofrece al lector una trama compleja pero muy bien hilada y de ritmo ágil que deja al lector descansar un poco al adentrarse en la vida privada de los protagonistas. Una trama que, si no me equivoco mucho, dará lugar a más de una reflexión por parte del lector. Yo de vosotros no me la perdería (pero leyendo primero Belleza Roja, por favor). Palabra de lectora.

lunes, 21 de julio de 2025

Verity. La sombra de un engaño, de Colleen Hoover

Comenzar un libro y prácticamente no parar hasta terminarlo. Que las ganas de saber qué ocurre a continuación de lo último que se ha leído hagan al lector salir del agua en un día tórrido. Solo un poquito más y lo dejo. Un capítulo más y me voy a dormir. ¿Os suena de algo? Sí, ¿verdad? Es lo que pasa cuando se tiene entre manos una buena historia bien llevada, y es lo que me ha pasado a mí con la novela que acabo de terminar, un thriller psicológico narrado con gran sencillez y eficiencia para atrapar al lector desde la primera página. 

Verity. La sombra de un engaño (Planeta, 2020), de Colleen Hoover, es un thriller psicológico que se desarrolla en un escenario muy simple pero de una gran eficacia dramática donde el pasado va a volver a la vida de algún personaje para saldar cuentas. La protagonista de la novela se llama Lowen Ashleigh y es una escritora treintañera a las puertas de la ruina económica que acaba perder a su madre, con quien no mantenía una relación especialmente buena. De camino a la entrevista donde le ofrecerán la oportunidad de su vida, un camión atropella al hombre que cruzaba la calle delante de ella y de repente se encuentra aturdida y cubierta de sangre. La ayuda de un apuesto desconocido le salva el día, y consigue llegar a su importante cita, en la que una editorial y el desconocido que la ha ayudado le propondrán continuar escribiendo la saga inacabada de su esposa, una célebre autora que ha sufrido un accidente y no se encuentra en condiciones de escribir. Lowen se instalará en la mansión del matrimonio para investigar las notas y el trabajo previo de Verity Crawford, para hallar material que la ayude a cumplir con su encargo, pero entre decenas y decenas de cajas hallará una perturbadora autobiografía de Verity que más valdría que hubiera seguido oculta. 

Con solo tres personajes (Lowen, Verity y su marido, Jeremy), y la aparición ocasional del hijo de la pareja y de una enfermera, Colleen Hoover crea un ambientación claustrofóbica y sumamente tensa, que rompe con precisión introduciendo momentos más relajados y con algo más de luz. La energía que emana la casa, con Verity postrada en la cama en estado casi vegetativo y los secretos que desvelará la autobiografía, es absolutamente inquietante, de lo que se sirve la autora para mantener el nivel de suspense psicológico altísimo página tras página. Dudas, misterios, sombras y sospechas se combinan para poner los nervios de la protagonista (y del lector) a flor de piel. Aunque quizá Colin Hoover abuse de las escenas eróticas, creo que estas enfatizan más si cabe uno de los pilares de la trama: la obsesión de Verity con su marido. Como buena escritora de romántica, las historias de amor tienen tanto peso como la trama principal. La novela gana fuerza conforme avanzan los capítulos y el final te deja... ¿creíais que os lo iba a decir? Pues no. La leéis si queréis saber, que os va a entretener un buen rato.

sábado, 19 de julio de 2025

Belleza roja, de Arantza Portabales


El simbolismo del color rojo es bastante complejo. Por un lado, está asociado a emociones positivas e intensas, como el amor, la pasión, la energía y la fuerza, pero también se relaciona con la ira, la agresión y el peligro. Paradójico que un mismo estímulo visual pueda provocar al mismo tiempo consecuencias tan contradictorias, y en ello reside parte de su encanto. El rojo inspira el título de la novela que acabo de terminar y nace indiscutiblemente de la sangre, promesa escarlata de vida y de muerte.

Belleza Roja (Lumen, 2019) es la primera novela que leo de Arantza Portabales, y la que encabeza la serie protagonizada por Abad y Barroso. Ambientada en Galicia, la trama comienza la víspera de San Juan con el hallazgo del cadáver de Xiana Alén, una bellísima quinceañera, en su habitación, boca abajo y rodeado por litros y litros de sangre. A pocos metros, en el jardín, sus padres cenaban con su tía y unos amigos, y la octogenaria tía abuela supuestamente dormía en su habitación. Desde el principio, el equipo Abad-Barroso va a tener claro que únicamente uno de los presentes esa noche ha podido asesinarla, dada la batería de medidas de seguridad que rodean la vivienda, pero no va a resultar una investigación fácil. En este sentido, Arantza Portabales nos ofrece una novela policíaca de estilo clásico donde el foco irá cambiando de uno a otro de los seis sospechosos sin posibilidad de intervención externa. La principal sospechosa es su tía Lía, una pintora con un equilibro mental como poco inestable, ya que es ella la que encuentra el cadáver e intenta suicidarse a los pocos días. El psiquiatra Connor Brennan intentará desenmarañar el intrincado laberinto de la mente de lía y encontrará bajo su aspecto frágil y aniñado a una mujer fascinante. ¿Cuál será la clave para dar con el asesino/a? ¿Envidia, celos, locura? Mientras tratan de averiguarlo, entre el inspector Abad y Ana Barroso surgirá una historia intensa pero muy complicada que mantendrá al lector en vilo casi al mismo nivel que la trama de investigación.

Belleza roja es a la vez novela negra y tragedia con protagonistas femeninas. En medio de este matriarcado de mujeres potentes pero que se dañan a sí mismas por diversas razones, los hombres se mueven con ritmo aletargado y orbitan en torno a una mujer o varias. Son muñecos con poca o ninguna personalidad que camuflan su inconsciencia y su sentimiento de inferioridad en la belleza y la fuerza femenina que los acompaña. Portabales nos ofrece en esta obra la combinación perfecta y efectiva entre el ritmo sosegado de un narrador omnisciente, las reflexiones ora profundas ora estéticas de la compleja mente de Lía en primera persona y el dinamismo de unos diálogos que en innumerables ocasiones son más significativos por lo que omiten que por lo que desvelan. En definitiva, una lectura recomendable para los que disfrutéis con el género, sobre todo si no sois muy quisquillosos con una verosimilitud que, en mi opinión, no hace falta en absoluto para disfrutar la historia. Palabra de lectora.




domingo, 13 de julio de 2025

Animal, de Leticia Sierra

Todos llevamos dentro un animal. Una criatura salvaje que no rinde pleitesía a las normas consuetudinarias sino que existe por y para satisfacer el objetivo que le indica el instinto. Una bestia feroz e indómita que nace en nuestras entrañas al mismo tiempo que llegamos al mundo, que permanece dormida durante años y puede que hasta el final de nuestras vidas. Sin embargo, hay ocasiones en que ciertos sucesos actúan como detonantes y el animal despierta, y ya no hay vuelta atrás, pues la bestia no se detendrá hasta saciar su sed de lo que sea. La autora y los personajes de la novela que acabo de terminar saben bien de lo que hablo, pues entre sus páginas habita una fiera cuya captura va a suponer todo un reto.

Animal (Ediciones B, 2021) fue la primera novela publicada de la asturiana Leticia Sierra que, dicho sea de paso, ha sido para esta lectora todo un descubrimiento. La autora emplaza la trama en una pequeña y tranquila población de Asturias, Pola de Siero, que va a verse conmocionada por la aparición del cadáver de uno de sus vecinos que, al parecer, ha sido asesinado y emasculado con extrema crueldad en las inmediaciones del prostíbulo local. Los encargados de resolver el caso, que apunta casi con toda certeza a una venganza, serán el inspector Castro y el subinspector Gutiérrez, de la Policía Nacional, pero también contará el lector con la investigación de Olivia Marassa, una joven y ambiciosa periodista con alguna cuenta pendiente con el insomnio y una emisora ilegal donde capta noticias de forma poco ortodoxa pero efectiva. Cuando comiencen a tirar de los hilos, descubrirán que la víctima no es un ciudadano precisamente ejemplar, ya que su existencia pasada y presente se arrastra como vil reptil por el fango de la depravación y la ignominia.

En Animal, Leticia Sierra utiliza el binomio policía-periodista para desarrollar la investigación, y le funciona bastante bien puesto que se amplía la perspectiva. La policía en la mayoría de ocasiones, aunque dispone de más recursos, está obligada a ceñirse a procedimiento. Sin embargo, la periodista tiene más libertad para indagar, aunque en este caso suele respetar un código ético/moral que ha caído bastante en desuso hoy en día, arrollado por el morboso amarillismo de los medios. Estructurada en sesenta y ocho capítulos breves y un epílogo de broche final, la historia de esta novela llega al lector a través de un narrador omnisciente que sitúa el foco narrativo sobre los dos personajes que encabezan la investigación, bastante complicada ya que los sospechosos parecen brotar como setas en el bosque (la víctima, como he dicho al comienzo, no era ningún angelito). Además, ese cadáver no va a ser el único...La prosa de Leticia Sierra es sencilla, clara y directa, y los diálogos tienen mucho peso en la narración, lo que la dota de mucho ritmo y no permite que la intriga decaiga en ningún momento. En resumen, lectura muy recomendable que vais a devorar si sois amantes del género.

lunes, 7 de julio de 2025

Noches desiertas, de Sonia Peleguer


¿Os he dicho ya alguna vez que, después de toda la vida leyendo, me sigue sorprendiendo comenzar una lectura y que esta te secuestre en las primeras páginas y anule automáticamente cualquier posibilidad de escapar de ella? Pues eso me ha ocurrido este finde con la novela que he terminado hace solo unas pocas horas. La empecé el sábado por la mañana a la orillita del mar y ya no he sido capaz de soltarla hasta llegar a la última página. La verdad es que no suelen llamarme las tramas donde lo romántico tenga un peso relevante, pero esta tiene una mezcla de ingredientes que me ha enganchado sin remedio.

Bajo el título de Noches desiertas (Con M de Mujer, 2024), Sonia Peleguer ofrece al lector una novela de escritura asequible y muy correcta en la que combina amor, intriga, suspense y frecuentes escenas de acción que elevan la adrenalina a altos niveles. La historia comienza en Nueva York, donde Hugo, un atractivo e incorregiblemente mujeriego escolta asturiano pasa unos días por motivos de trabajo. Soltero empedernido, jamás ha tenido una relación estable ni quiere tenerla. Para él, el amor está fuera de su radar y de su alcance. Hasta que conoce a Sofía, claro, una hermosa mujer de armas tomar que se come el mundo para desayunar todos los días. Tras un tórrido escarceo presidido por el grifo de la ducha, cada uno sigue su propio rumbo pero, ay, que a los dioses les encanta jugar a los dados y el destino va a volver a cruzar sus caminos, por mucho que se empeñen en huir, provocando un giro radical en sus vidas. Sin embargo, lo que merece la pena nunca suele ser sencillo, y diversos factores, familiares, profesionales y personales, van a jugar en contra de un amor que los pondrá a prueba constantemente. Mientras tanto, un sicario se oculta en la red bajo el nombre de Jade y espera ansioso cumplir con el número necesario de encargos que le garantice romper sus vínculos con una Organización extremadamente poderosa y letal, y una Dama Blanca que camufla sus tejemanejes bajo un halo de aparente inocencia. ¿Ya os ha picado la curiosidad? Pues no perdáis más tiempo e hincadle el diente, que ya no os voy a contar yo más.

En Noches desiertas, Sonia Peleguer, además de dejar claro que lo suyo es contar historias que atrapan al lector como una tela de araña, demuestra gran habilidad para crear personajes y situaciones que nos mantienen con el alma en vilo página tras página sin que la tensión dramática decaiga un solo instante. En la nota de la autora, al principio de la novela, hace una pregunta muy interesante que luego se va a ir respondiendo por sí misma en el desarrollo de la trama. ¿Podemos cambiar de verdad las personas o al final las cabras siempre tirarán al monte? Cada uno que saque sus propias conclusiones... Lo que sí está claro es que recomiendo la novela.

sábado, 5 de julio de 2025

La cara norte del corazón, de Dolores Redondo

Mientras leía la Trilogía del Baztán iba pensando que Aloisius Dupree, el misterioso agente del FBI con el que Amaia Salazar habla por teléfono de vez en cuando, siempre a horas intempestivas, para pedirle ayuda o consejo, era un personaje tan intrigante que daba mucho juego para otra novela en la que tuviera mayor relevancia. ¿Cuál es la naturaleza de la relación entre Amaia y Dupree? ¿De dónde viene esa conexión que a veces no parece de este mundo? Por fin lo he podido averiguar en la novela que acabo de terminar, que además me ha servido para aprender que, aunque la cartografía no haya conseguido reflejarlo en ningún mapa, el corazón tiene una geografía particular que no rinde pleitesía a la rosa de los vientos. Y que la cara norte es esa región inhóspita y a menudo inaccesible donde habitan el miedo y el dolor.

La cara norte del corazón (Destino, 2019) es la precuela de la Trilogía del Baztán, de Dolores Redondo y se ambienta en Nueva Orleans, un lugar con curiosos paralelismos con Elizondo donde los cementerios reciben la esotérica denominación de «ciudades de los muertos». Si bien es la precuela de la saga, mi consejo es leerla después de la trilogía, pues se desvelan ciertos aspectos del pasado de Amaia que, de saberse de antemano, restarían intriga a las otras tres entregas. En esta obra, Dolores redondo articula la trama en dos líneas argumentales separadas en el tiempo por un lapso de trece años, y cuyo factor común es el personaje de Amaia. Así, el lector irá alternando entre el Elizondo de 1992 y la ciudad de Nueva Orleans en agosto de 2005 (esta última acapara el grueso de la trama). En la línea argumental del presente, Amaia Salazar es la subinspectora más joven de la policía foral de Navarra y se encuentra en la Academia del FBI en Quantico asistiendo a un curso en el que interviene como formador Aloisius Dupree, que encabeza uno de los grupos de trabajo de campo de la Unidad de Ciencias del Comportamiento. Debido a su intuición, su mente brillante y su particular comportamiento, Amaia tendrá la oportunidad de integrarse en el grupo de Dupree para dar caza al "Compositor", un asesino en serie que oculta sus crímenes tras la devastación provocada por desastres naturales. Todo apunta a que el Compositor volverá a actuar en Nueva Orleans al amparo del huracán Katrina, uno de los fenómenos naturales más catastróficos en la historia de Estados Unidos, y hasta allí se desplaza el equipo a pesar de los riesgos que ello supone. Con respecto al hilo argumental de 1992 en Elizondo, narrado a modo de flashback a colación de una llamada desde España portadora de funestas noticias, el lector conocerá algún que otro episodio inédito en la infancia de Amaia que dio lugar a que su tía Engrasi decidiera alejarla lo máximo posible de su lugar de nacimiento. Verá el lector entonces a una Amaia niña forzada por las circunstancias a erigir un muro de olvido que mantenga ocultos los recuerdos de ciertos sucesos que moldearían su vida y sus pesadillas de la forma más dolorosa. Hacia la mitad de la novela, Dolores Redondo introduce una trama secundaria relacionada tanto con el pasado de Dupree como con el folklore, leyendas y supersticiones de Nueva Orleans que, aunque poco definida, quizá de lugar a otra nueva entrega.

Aunque es evidente en La cara norte del corazón que el estilo y la calidad literaria de la autora han mejorado, su punto fuerte sigue siendo la ambientación, muy trabajada y muy vívida, capaz de transportarnos al mismo epicentro de la ciudad antes, durante y después de ser asolada por las fuerzas de la naturaleza. Dolores Redondo dibuja a la perfección un escenario caótico que sobrecoge al lector y lo hace partícipe de la magnitud de las consecuencias de la hecatombe, del dolor, del silencio y la tragedia que se respiran en una ciudad anegada hasta la desesperanza. Un verdadero infierno de agua y desesperación donde la lucha real será por la supervivencia. Con una prosa muy fluida y visual y de la mano de un narrador omnisciente, Dolores Redondo construye una trama sólida y efectista que revela la ponzoña que reside a veces en el alma humana y atrapa al lector desde las primeras páginas. La recomiendo pero, insisto, después de leer la Trilogía del Baztán.

Las niñas salvajes, de May R. Ayamonte

¿Os he dicho alguna vez que me encanta leer por primera vez a autores que no había leído antes y, acabada la lectura, saber que ...