Todos llevamos dentro un animal. Una criatura salvaje que no rinde pleitesía a las normas consuetudinarias sino que existe por y para satisfacer el objetivo que le indica el instinto. Una bestia feroz e indómita que nace en nuestras entrañas al mismo tiempo que llegamos al mundo, que permanece dormida durante años y puede que hasta el final de nuestras vidas. Sin embargo, hay ocasiones en que ciertos sucesos actúan como detonantes y el animal despierta, y ya no hay vuelta atrás, pues la bestia no se detendrá hasta saciar su sed de lo que sea. La autora y los personajes de la novela que acabo de terminar saben bien de lo que hablo, pues entre sus páginas habita una fiera cuya captura va a suponer todo un reto.
Animal (Ediciones B, 2021) fue la primera novela publicada de la asturiana Leticia Sierra que, dicho sea de paso, ha sido para esta lectora todo un descubrimiento. La autora emplaza la trama en una pequeña y tranquila población de Asturias, Pola de Siero, que va a verse conmocionada por la aparición del cadáver de uno de sus vecinos que, al parecer, ha sido asesinado y emasculado con extrema crueldad en las inmediaciones del prostíbulo local. Los encargados de resolver el caso, que apunta casi con toda certeza a una venganza, serán el inspector Castro y el subinspector Gutiérrez, de la Policía Nacional, pero también contará el lector con la investigación de Olivia Mararassa, una joven y ambiciosa periodista con alguna cuenta pendiente con el insomnio y una emisora ilegal donde capta noticias de forma poco ortodoxa pero efectiva. Cuando comiencen a tirar de los hilos, descubrirán que la víctima no es un ciudadano precisamente ejemplar, ya que su existencia pasada y presente se arrastra como vil reptil por el fango de la depravación y la ignominia.
En Animal, Leticia Sierra utiliza el binomio policía-periodista para desarrollar la investigación, y le funciona bastante bien puesto que se amplía la perspectiva. La policía en la mayoría de ocasiones, aunque dispone de más recursos, está obligada a ceñirse a procedimiento. Sin embargo, la periodista tiene más libertad para indagar, aunque en este caso suele respetar un código ético/moral que ha caído bastante en desuso hoy en día, arrollado por el morboso amarillismo de los medios. Estructurada en sesenta y ocho capítulos breves y un epílogo de broche final, la historia de esta novela llega al lector a través de un narrador omnisciente que sitúa el foco narrativo sobre los dos personajes que encabezan la investigación, bastante complicada ya que los sospechosos parecen brotar como setas en el bosque (la víctima, como he dicho al comienzo, no era ningún angelito). Además, ese cadáver no va a ser el único...La prosa de Leticia Sierra es sencilla, clara y directa, y los diálogos tienen mucho peso en la narración, lo que la dota de mucho ritmo y no permite que la intriga decaiga en ningún momento. En resumen, lectura muy recomendable que vais a devorar si sois amantes del género.
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