lunes, 3 de febrero de 2025

La camisera de Manchester, de Margaret Harkness


La New Woman («Nueva Mujer») fue un ideal feminista que surgió en la Inglaterra de finales del siglo XIX, una mujer educada e independiente que transgredía los límites establecidos por la sociedad patriarcal dominante. Esta nueva mujer no encajaría ya exclusivamente en el eterno rol doméstico y de crianza impuesto por nacimiento sobre las féminas, sino que aspiraría a objetivos de los que siempre había estado excluida. Algunas de estas mujeres probaron suerte en la escritura (aunque publicaran bajo pseudónimo masculino para eludir las repercusiones sociales). Tal fue el caso de Margaret Harkness, escritora y periodista, feminista y comprometida. De las trece obras que figuran en su haber, seis enfocan con mirada crítica la situación del proletariado inglés y, en especial, de las mujeres obreras. 

La camisera de Manchester (Chamán Ediciones, 2024) es la cuarta novela de Margaret Harkness, pero la única que ha sido hasta la fecha traducida al castellano (y muy bien traducida, por cierto, por el murciano Gonzalo Gómez Montoro), y deja patente el compromiso de la autora con la llamada en aquel entonces «cuestión femenina». En ella, Harkness elige como protagonista a Mary Dillon, una mujer veinteañera, viuda precoz y madre de un bebé, que intenta sobrevivir en un suburbio industrial del Manchester de finales del siglo XIX. Aquella ciudad, que acaparó en su día la mayor parte de la producción mundial de prendas de algodón, sufría por aquella época las consecuencias de la crisis de la manufactura del tejido inglés. Sin posibilidad alguna de encontrar trabajo ni obtener sustento ni para ella ni para su pequeña Daisy, la situación de Mary se va volviendo cada vez más desesperada, y la miseria más absoluta va abonando el camino de la insania. 

Con un estilo naturalista que no se disfraza con más drama del que la propia situación ya implica, Harkness crea con Mary Dillon un personaje con el que resultaría muy fácil empatizar si al lector no se le fuera el alma en ello. Quizá sea cobarde de mi parte, pero esta vez he preferido distanciarme y procurado no sentir, aunque no siempre lo he conseguido. En La camisera de Manchester el lector será testigo de la precaria situación del proletariado inglés de la década de los 80 del siglo XIX, sobre todo el empleado en el sector textil, perjudicado tanto por la aparición de los intermediarios (llamados en la novela «explotadores») como por el traslado de la producción a países con menos coste de mano de obra. ¿Os suena, verdad? Muchos de los demonios de aquella época siguen al pie del cañón en esta. Leedla, es una buena obra, pero tratad de dejar el corazón aparcado mientras lo hacéis. 

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