miércoles, 15 de enero de 2025

La señora March, de Virginia Feito


Creo que hasta la fecha no me había ocurrido nunca, pero me cuesta comenzar a escribir esta reseña porque no sé si la novela que acabo de terminar me ha gustado o no. Estoy realmente confusa al respecto. Podría decir que reconozco que, literalmente hablando, la obra está bien construida y llevada con bastante acierto, pero me ha resultado tremendamente desasosegante, hasta el punto de ponerme nerviosa y, sinceramente, acabar detestando a la protagonista. ¿Era ese el objetivo de la escritora? Tenía muy buena crítica y, al parecer, una brutal campaña de marketing detrás pero, ¿es realmente para tanto? Una vez leída ni entiendo el rebomborio ocasionado y, mucho menos, la crítica y las comparaciones. ¿La nueva Patricia Highsmith española? ¿Qué fuman los críticos? 

En cuanto al género, La señora March (Lumen, 2022), de Virginia Feito, es muy difícil de clasificar. La han catalogado como thriller, como novela negra, pero, a mi juicio, no encaja bien con ninguno de ellos. Ni tiene ritmo de thriller, ni investigación como tal. Sería más bien algún tipo de suspense psicológico, de ritmo lento y centrado básicamente en el personaje. La trama de la novela nos sitúa en un Nueva York de una época indeterminada. Hasta el marco temporal es ya desconcertante, puesto que aparece grabación en sistema VHS conjugada con la existencia del audiolibro. Quizá esto también sea intencional y metafórico. La protagonista incontestable de la obra es la que le da título, la señora March, una mujer en la cuarentena, casada con un afamado escritor y madre de un hijo, que vive en el sofisticado y lujoso Upper East Side neoyorquino. El último libro de su adorado y prestigioso esposo ha sido un gran éxito, probablemente el mejor de su carrera literaria, y nuestra señora March esta orgullosísima de él hasta que, en la pastelería donde habitualmente compra su pan de aceitunas, la dependienta le comenta ¿inocentemente? que la protagonista de la obra le recuerda un tanto a ella. ¡Horror máximo! La señora March se queda atónita, estupefacta, pues Johanna, el personaje central de la última novela de su marido, es una prostituta físicamente poco agraciada y sin excesivo talento a la que sus clientes le pagan por pena, pues su atractivo sexual roza el negativo. Conmocionada, la señora March se marcha del establecimiento jurándose en su fuero interno no volver jamás, sale a la calle y se ve arrastrada por una espiral de pensamientos y acontecimientos que la conducirán de mal en peor página a página. Poco después de ese episodio, que la desestabiliza de manera permanente, encuentra en el despacho de su marido un recorte de periódico concerniente al asesinato de una chica en una población donde su este suele ir a cazar. Por supuesto, nuestra protagonista dictamina sin dudar que su marido es el responsable de tamaña atrocidad y... Y nada, que mira, que si queréis saber más la tendréis que leer, porque yo no sé ni qué deciros. 

Y es que, efectivamente, el mundo interior de la señora March es el foco de la novela. Narrada en tercera persona, conocemos tanto al resto de personajes como los acontecimientos desde la perspectiva (sesgada, por supuesto) de la protagonista. La señora March es un ser que se alimenta de las apariencias. Sin embargo, tan irrelevante y vacía que no conocemos su nombre hasta el mismo final. Acomplejada, obsesiva, neurótica, con cierta tendencia al brote psicótico o la paranoia, y aunque sin duda es un personaje bien construido, no he podido empatizar con ella ni un solo segundo. Guiado por ella, el lector se sumergirá en una historia repleta de secretos, sospechas, miedos, siempre desde su punto de vista, con bastantes puntos para constituir un narrador no fiable. Tengo que admitir que Virginia Feito combina con mucha habilidad las situaciones psicológicas más escabrosas con recuerdos de la infancia de la señora March a modo de flashback, logrando que comprendamos mucho mejor las razones por las que esta elegante y distinguida dama, que lo tiene todo, sufre tanto y, de paso, nos tortura también a los demás. También es cierto que, sin ser adictiva, es interesante, pero lenta, y a veces se hace un poco pesada, pero no puedes dejar de leer porque la tensión y el suspense van en aumento, y sabes que en algún punto va a explotar. Ay, yo que sé, leedla vosotros y así juzgáis por vosotros mismos. 

1 comentario:

  1. Me encanta lo del "rebomborio", ja ja ja. Si la leo, confrontaremos opiniones sobre ella.

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