En general, se considera a las flores como símbolo de la naturaleza en su cénit. Entre ellas, podría decirse que las rosas negras son unas de las flores más llamativas del mundo. Su color suele asociarse siempre con la muerte, la tristeza y el duelo. Si lo piensan detenidamente, encontrarán que la rosa negra es la metáfora perfecta de la existencia humana: vida y muerte, belleza y quebranto, sonrisas y lágrimas se entremezclan en sus pétalos alumbrando un milagro tan precioso como breve.
Rosas negras (Raspabook, 2017) es el título que Ginés Cruz escogió para la novela que acabó de terminar y que, a decir verdad, me ha dejado con ganas de más. El autor sitúa la trama en el barrio del Molinete de Cartagena, en julio de 1936, poco después de la sublevación militar que diera lugar a la Guerra Civil española. En las primeras páginas, el lector se cuela en el burdel regentado por Caridad la Negra, y allí comienza a tomar contacto con los personajes. Mientras se nos narra la situación en la ciudad portuaria tras el levantamiento, caracterizada básicamente por la falta de información, la ansiedad y la crispación, iremos conociendo también la historia personal de Caridad, de alguna de las prostitutas que trabajan para ella y de otros personajes del barrio. Lucía, que vino a parar a Cartagena en condiciones lamentables y le debe la vida a su patrona, Rosa la Galatea, Juana la Gitana..., el Chipé (delincuente protegido por los potentados cartageneros) así como de ciertos hombres con cargo relevante en la ciudad que deberán enfrentarse a una situación extremadamente difícil de gestionar. La gota que colma el vaso, la muerte de un joven anarquista que, voluntariamente, fue a luchar contra fuerzas sublevadas en Albacete, provoca una revuelta de la izquierda radical que, como en el resto del país, se propone expulsar de la ciudad a la Iglesia y destruir todos sus símbolos. Caridad y sus chicas pondrán en riesgo su vida para impedir, a cualquier precio, la destrucción de la iglesia que acoge a la patrona de la ciudad. ¿Lo conseguirán? Tendrán que leer la novela para averiguarlo.
Además de una historia bien narrada, trenzada con multitud de historias humanas y circunstancias políticas, Ginés Cruz le ofrece al lector en Rosas Negras un magnífico retrato de la Cartagena de los años 30, de sus usos y costumbres, de sus tabúes y sus reglas no escritas. Si desean un ratito agradable de lectura, ya saben, pasen y lean.
¡Rosa la Galatea! Bonito nombre... Un aliciente más para interesarme por esta obra. Muchas gracias por llamar nuestra atención sobre ella.
ResponderEliminarTenemos un Club de Lectura con ese nombre. Ginés amablemente nos los cedió al ser la primera novela que leímos. Fue el principio de algo muy bonito, como la novela. Sus personajes nos siguen acompañando en todas nuestras tertulias de viernes. El Club de lectura Rosas Negras os la recomienda!!!
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