La única certeza que tenemos de la vida es que un día u otro (cuanto más tarde, mejor) llegará a su fin. Son muchas las preguntas que nos hacemos al respecto (al menos yo) para las que no hay respuesta, por eso en la mayoría de ocasiones obviamos el tema de la muerte, como si fuera un acontecimiento en el devenir ajeno y no en el propio. Sin embargo, algunas personas miran a los ojos a la ineludible parca y hasta se atreven a fabricar carcajadas con la tela sobrante de su manto de sombra.
Antonio J. Ruiz Munuera es uno de esos autores que ya le gana el pulso a la muerte haciendo más llevaderas todas esas horas en las que no morimos. Acabo de terminar de leer Mortales (21 relatos de viaje al otro barrio), publicada por MurciaLibro a finales de 2019, y la sensación es de sorpresa y de gratitud. Sorpresa, porque no es habitual sonreír (ni reír a mandíbula batiente) cuando se lee acerca de nuestro último viaje. Gratitud, porque esas sonrisas han sido un potente faro para esta lectora en medio de una tempestad de días difíciles. En Mortales, Ruiz Munuera ofrece al lector 21 relatos (y explica bien por qué elige dicha cifra), dispuestos en riguroso orden cronológico –desde la concepción hasta la ausencia nacida del deceso– donde la brevedad, el humor y el ingenio brillan a partes iguales. Personajes variopintos, desde simples legos a siervos del Altísimo, nos ofrecen en sus líneas diferentes perspectivas sobre el tránsito final. Lean y escojan ustedes su(s) favorito(s). Yo ya tengo los míos.
Una vez más, Ruiz Munuera acierta de pleno en su elección del humor como estandarte, provocando un distanciamiento que permite al lector relajarse ante tan escabroso asunto como es la muerte e incluso reflexionar sobre ella sin rendirse a excesivos dramatismos. Lo hace, eso sí, valiéndose de una prosa mimada y trabajada que dota a los relatos de una calidad literaria que iguala a la narrativa. Las ilustraciones, a cargo de una jovencísima Clara Hernández, conectan a la perfección con la sustancia de los relatos, y ponen el broche de oro al conjunto. No esperen más. Pasen y lean (mientras les quede tiempo).
Gran libro, ya lo creo. Lo disfruté como un enano.
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