Caos. Locura. Un disparate detrás de otro. Carcajadas que borran el gris de los días feos. Cuando piensas que ya ha superado con creces las barreras del desequilibrio mental (transitorio o no tanto), vuelve a sorprenderte una vez más demostrando que no, que siempre es posible un poquito más, que la imaginación no tiene límites, ni obedece a normas de este mundo ni de ningún otro. Que la magia de las letras es infinita al igual que su talento para plasmarla en negro sobre blanco. Veinte, que se dice pronto, son ya las obras que han visto la luz de la gaditana más majara de todas las dimensiones y todos los tiempos, y veinte son las que llevo leídas, gozadas al máximo y pidiéndole a las musas que no la abandonen nunca.
Su último homenaje a la magia de los libros y al nivel de insania que puede ocultarse bajo una pluma se titula No detenga a mi ladrón, está recién salido del horno y, como siempre, hace gala de su habilidad en la mezcla de géneros que dan al traste con cualquier atisbo de cordura. Una combinación de romántica-erótica (sin pasarse ni en lo uno ni en lo otro), intriga y suspense, y humor del más descacharrante. La novela empieza con un ladrón de identidades que recala en un transatlántico huyendo no sabemos muy bien de qué. Su intención , por supuesto, es la de pasar desapercibido y llegar a un nuevo destino donde empezar de cero, pero la suerte le tiene preparada una sorpresa que le romperá los esquemas y los planes. Todavía no ha puesto un pie en el barco cuando su camino se cruza con el de Isabella de la Cosa Pargo, una joven psicóloga y paradójicamente el colmo de la superstición, que se embarca junto a su excéntrica familia y su prometido ideal para celebrar una boda de ensueño en el Caribe. Ya os podéis imaginar que el flechazo es prácticamente instantáneo, y que la hoja se ruta de la una y del otro van a variar sustancialmente en una travesía donde los secretos, los disfraces y los DESPROPÓSITOS absolutos y con mayúsculas van a estar a la orden del día. Como si alguien hiciese una fusión literaria entre Vacaciones en el mar, una sitcom con toques picantes y Vídeos de primera. No os voy a contar más porque la gracia es ir leyendo y abriendo la boca hasta que se os desencaje la mandíbula.
La trama de No detenga a mi ladrón es muy original, fresca y altamente adictiva, con el toque justo de romance y erotismo para darle algo de vidilla, está narrada por las voces en primera persona de los protagonistas mediante escenas y diálogos que en numerosas ocasiones rozan el surrealismo más hilarante. Los personajes, siguiendo la línea habitual de la autora, son profundamente humanos, irreverentes y están como una orquesta de maracas. Mención especial a esa yaya mafiosa y camorrista que cree firmemente que Ramiro, su mascota gallina, porta el alma reencarnada de su difunto esposo, y a la prima lesbiana gótica que las mata siempre callando. Si queréis disfrutar un buen rato y reíros hasta la extenuación, no os la perdáis.
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