miércoles, 6 de diciembre de 2023

La venganza no prescribe, de Eva Zamora


Cuenta una leyenda cherokee que en el interior de cada uno de nosotros se libra permanentemente una batalla entre dos lobos. Uno encarna la maldad y sus consecuencias; el otro, la bondad y sus frutos. ¿Y cuál de los dos resulta vencedor? Sin lugar a dudas, el que cada uno alimente con más ahínco. Sin embargo, el triunfo de uno no aniquila definitivamente al otro. Somos luz y oscuridad, está claro, pero ¿son nuestras vivencias las que nos decantan hacia un lado o hacia el otro? ¿Puede la vida asestarnos un golpe tan fuerte que deje a una de las dos fieras moribundas? La novela que acabo de terminar da muchísimo que pensar al respecto. 

La venganza no prescribe (Imágica Ediciones, 2019) es la primera obra que leo de la madrileña Eva Zamora, y combina todos los elementos de un buen thriller, el dramatismo de una novela romántica y el sabor agridulce de las preguntas sin respuesta. La acción transcurre básicamente en Lagos de Pino, un pueblo ficticio situado por la autora en tierras oscenses. La trama da comienzo cuando la inspectora de homicidios de la Policía Nacional Dolores Velázquez, que no tardará en convertirse en Lola para el lector, se traslada desde Madrid a la pequeña población para colocarse al frente del grupo de investigación que ha de esclarecer dos crímenes acaecidos recientemente en la localidad. Dos hombres asesinados la misma noche, y una nota del asesino clavada en sus cuerpos que alude a algún tipo de justicia, una nota igual a la del crimen que un año atrás la inspectora no logró resolver y casi le cuesta la salud mental. En aquel entonces, los medios de comunicación se ensañaron con ella a causa de la falta de resultados de la investigación y ello la llevó a una crisis existencial sin precedentes. En el momento actual, Lola vuelve al campo de batalla tras recibir la llamada del comisario Torres, dispuesta a todo con tal de resarcirse y atrapar al criminal. Sin embargo, el destino le tiene preparadas todavía un par de cartas que le pondrán las cosas difíciles. Justo al entrar a la Comandancia de la Guardia Civil que servirá de base al operativo, se encuentra frente a frente con Bruno Molina, con quien estuvo prometida quince años atrás y quien le rompió el corazón de manera definitiva. Durante el desarrollo de las pesquisas, retomará el contacto con un antiguo amante de sus tiempos universitarios. A todo ello hay que sumarle el malestar interno de Lola a causa de la mala relación con su padre, que nunca aceptó su decisión de ser policía en lugar de médico, y que supone un lastre importante en su vida. Pese a todo ello, logrará centrarse y liderar a su equipo hasta que la investigación arroje como resultado la relación de las muertes con algo que ocurrió en un campamento de verano veintinueve años atrás. La hora de atrapar al asesino y escapar por fin de la pesadilla que la atosiga está cada vez más cerca, pero... ¿no esperaréis que vaya a contaros más, verdad? Si os ha picado la curiosidad, ¡lo que tenéis que hacer es leerlo!

Eva Zamora nos ofrece en La venganza no prescribe una historia de historias: venganza, amor, superación... contada de una forma ágil, fresca y dinámica. Las voces narradoras son tres: la mano ejecutora de los crímenes, el cerebro instigador de los mismos, y la inspectora que tiene que resolverlos. El foco narrativo oscila continuamente entre la trama de investigación y las implicaciones emocionales y sentimentales de la situación personal de los personajes, y la tensión va progresivamente en aumento en ambos ámbitos. Además, y con mucha habilidad, va planteando en la mente del lector cuestiones de difícil respuesta, sobre todo llegados ya a un final que elicitará sin duda sentimientos contradictorios. Si queréis saber más, ya sabéis....

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