viernes, 3 de septiembre de 2021

Fuego eterno, de Cosmin F. Stircescu


En líneas generales, dentro de la literatura fantástica, y salvo un puñado de excepciones, la figura del orco se esboza siempre como un mal necesario para el desarrollo de la trama. Los orcos son el enemigo por excelencia de todas las razas en la fantasía épica. Bestias bárbaras, estéticamente poco agraciadas, crueles y sin un gramo de alma, constituyen el contrapunto perfecto a la belleza, la hidalguía y la nobleza de los héroes. Pero, ¿qué ocurre si eliminamos de la ecuación la dialéctica entre el bien y el mal y convertimos a un orco en el personaje central de una novela? Pues el resultado es Fuego eterno, de Cosmin F. Stircescu, publicada por la almeriense Ediciones Arcanas en 2017.

Rough, el personaje principal de Fuego eterno, es un orco mestizo, nacido de la unión entre un macho orco de sangre pura y una hembra de trasgo de las arenas. Su mestizaje es al tiempo una maldición y una bendición. Por un lado, le sitúa en el escalafón más bajo de la sociedad orca; por otro, le concede la gracia de la magia elemental. Es perseverante y concienzudo y, contra todo pronóstico, alcanza el grado de chamán supremo de la corte. Sin embargo, Rough aspira a la corona y, cuando está a punto de conseguirla por medio de malas artes, es traicionado por el que creía su más fiel aliado. Entonces comenzará la historia de su huida y el nacimiento de una sed de venganza que gobernará sus pasos a partir de ese momento. Inteligencia, constancia y magia oscura serán sus compañeros inseparables en un viaje a las antípodas de la redención.

Con Fuego Eterno, novela ambientada en el mundo de Erodhar unos quinientos años antes de lo acontecido en La vara de Argoroth, Cosmin F. Stircescu vuelve a demostrar su solvencia en el terreno de la fantasía épica. Su prosa es sencilla y directa, y al mismo tiempo cuidada. Combina de manera acertadísima las dos líneas temporales imprimiendo a la narración un ritmo ágil y ameno. Y, además, se aleja del maniqueísmo creando a Rough como un personaje maquiavélico, polifacético y con un millar de matices interesantes.

Si os gusta la fantasía épica, ya sabéis: a disfrutar. 


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