jueves, 2 de octubre de 2025

La soga de cristal, de Elia Barceló


Ay, el otoño. Una de mis estaciones del año favoritas. Tránsito a paso tranquilo entre la luminosidad y la algarabía del verano y la quietud y el recogimiento del invierno. La vida se tiñe de ocres y dorados y su ritmo parece que se ralentice. Unas criaturas pierden hojas, flores y verdes. Otras preparan su cuerpo para dormir un largo invierno. Se relaja el universo y se debilitan las fronteras entre lo tangible y lo intangible. El velo que separa la vida de la muerte se vuelve más frágil, por ello es la época más proclive a lo sobrenatural. Calabazas y ánimas calientan motores a la luz perezosa de miles de velas en las proximidades de Halloween y el Día de Difuntos. ¿Os he dicho ya que me encanta el otoño? Pues imaginaos ciertas novelas con una magnífica y conseguida ambientación otoñal, justo como la que acabo de terminar. La tercera parte de una saga que me tiene atrapada. Muerte en Santa Rita transcurre en primavera; Amores que matan, en verano y...

La soga de cristal (Roca Editorial, 2024), de Elia Barceló, ambienta su trama en otoño. En esta novela, Santa Rita y sus habitantes se preparan para una gran fiesta en la casa: Halloween, el Día de Difuntos, y el decimoctavo cumpleaños de la nieta de Ascen, una de las residentes de la comunidad. Sin embargo, el destino parece tener otros planes menos agradables, y la celebración se trunca debido a la desaparición ipso facto de la cumpleañera. Al cumplir los dieciocho, se ha marchado de casa por propia voluntad para ingresar en la secta que la adoctrinaba desde su más tierna infancia en las aulas de un colegio de élite. A los pocos días de este suceso, la propia secta llama a la policía, puesto que ha desaparecido su líder, el Maestro, cuyo cadáver no tardarán en hallar en una playa privada anexa al complejo donde residen. Lola Galindo, habitante ya de pleno derecho de Santa Rita, y su compañero Marino serán los encargados de investigar el caso, en el que parecen esconderse asuntos más que turbios. Por otra parte, Greta, la sobrina heredera de la propietaria de Santa Rita, sigue indagando entre polvorientos recuerdos y ajados papeles para desentrañar la historia de su propia familia, que le resulta tan desconocida como la de cualquier otro. En este caso, sus pasos la encaminarán a descubrir la existencia de un antiguo invernadero, estilo jardín botánico, en las tierras de Santa Rita. Junto al incombustible ex-comisario Robles, visitará las exuberantes ruinas de la antigua edificación y hallará, a muchos metros de altura, colgada de la rama de un crecidísimo ficus, una soga cortada que abrirá un nuevo capítulo en la intricada historia familiar. Conoceremos así a la prima Lidia, un alma que no descansa en paz, a su madre Matilde y los terribles sucesos que propiciaron su muerte. Tumbas, huesos, secretos y más secretos se ocultan bajo la tierra y en las paredes de nuestra idílica comunidad. ¿Llegaremos a saber las verdades que han dormido ocultas durante años? Ahhhhh, si os ha picado la curiosidad, tendréis que leerla.

Aparte de la prosa exquisita y la habilidad narrativa que caracteriza las novelas que llevo leídas de Elia Barceló, en La soga de cristal destacaría especialmente la ambientación fabulosa, amable pero llena de misterio, que consigue, trenzando a la perfección los diferentes hilos que conforman la trama: la investigación criminal, las pesquisas sobre la familia que derivan en tintes góticos y las situaciones personales de los personajes. Página tras página, Elia Barceló explora también en esta novela temas universales y atemporales, como el poder que tiene la fe o la importancia de la búsqueda de la verdad. Y, como no podía ser de otro modo, tampoco falta en la obra la crítica social contundente, aspecto en el que vuelven a ser las mujeres las grandes protagonistas, puesto que ellas han sido las que han soportado vejaciones y maltratos de todo tipo, en este caso enmarcados en el ámbito de la crítica a las sectas. Una magnífica novela para comenzar un otoño que se promete interesante. Si podéis, hincadle el diente. La vais a disfrutar.

jueves, 25 de septiembre de 2025

La mirada de los galgos, de Héctor Bastida


Quien ha conocido el amor en los ojos de un animal sabe perfectamente que las palabras no alcanzan a describir el sentimiento. Late fuerte dentro como el redoble del tambor de la alegría. Huele a inocencia, a la lealtad y la confianza más verdaderas. Pura magia, inexplicable pero cierta. Si lo habéis experimentado, sabréis perfectamente de lo que hablo. Si no, quizá deberiais probarlo. Por desgracia, hay engendros de alma podrida que los maltratan y los hacen sufrir deliberadamente por mero capricho. Tradiciones, así las llaman. Costumbres, así las llaman. Maltrato y tortura, así se llaman de verdad. De entre todas las especies que sufren en manos despiadadas, merecen mención especial los galgos, condenados en su mayoría a soportar terribles miserias debido a su consideración de "armas de caza", y por eso mismo no amparados por las leyes de protección animal. Precisamente, España ha sido varias veces señalada como el país europeo más cruel en el trato dispensado a esta raza canina. ¿Os habéis fijado alguna vez en la mirada de un galgo? Héctor Bastida, autor murciano de nacimiento y habitante del mundo por elección, sí lo ha hecho, y nos lo cuenta en una magnífica novela desde una sensibilidad y un amor incomparables.

En La mirada de los galgos (Raspabook, 2024), Héctor Bastida desteje con mimo y delicadeza el tejido de la realidad para imbricarle fragmentos de una magia cósmica y universal para que nos cale todavía más hondo. En las primeras páginas conoceremos a Ramón, un anciano viudo hundido en una depresión al no superar el fallecimiento de una esposa con la que había compartido toda una vida. Como consecuencia de tirar la toalla, acaba en ingresado en un hospital, donde conocerá a Gala, responsable de una protectora señalada por el dedo implacable de la tragedia. Como último intento para permanecer en el mundo de los vivos, Ramón comienza a colaborar como voluntario en la protectora, y allí, en un momento mágico y emotivo como pocos, su alma quedará irremediablemente unida a la de Trenza, una galga cuyos ojos son puro enigma. Una noche cualquiera, Trenza desaparece sin dejar rastro, comunicándose con Ramón alma a alma en ocasiones, revelándole su paradero en algunos momentos, y mostrándole la cruda realidad que viven habitualmente los de su especie. Ramón irá contándole sus vivencias a su fallecida esposa, a la vez que rememora fragmentos de su vida juntos. ¿Podrán Ramón y Gala encontrar a Trenza y salvarla del atroz destino que se escribió para ella? Si queréis saber, tendréis que leer.

Con una prosa cuidada que roza a veces el lirismo, Héctor Bastida nos ofrece en La mirada de los galgos una historia conmovedora. Pura realidad aliñada con realismo mágico y altas dosis de sensibilidad. Arte y creatividad que ayudan a sanar a un mundo herido de muerte por la falta de amor. No me extiendo más porque hay que leerla para comprender. Solo os dejo la dedicatoria con la que el autor encabeza la obra, que toca el alma de forma suave pero contundente: 

Para todas las protectoras de animales y sus voluntarios. 
Por sacrificarse en tiempo y alma para mantener el equilibrio de un mundo agonizante.
Por negarse a rendirse.
Por no apartar la mirada.
Sobran más palabras. Leedla, por favor.

domingo, 21 de septiembre de 2025

Amores que matan, de Elia Barceló


Hay lugares a donde uno siempre quisiera volver, aunque ya no sea posible porque tan solo existen en nuestros recuerdos. Unos están hechos de sal, espuma y arena. Otros, de un primer beso en una tarde de lluvia. Postales de un ayer que siempre extrañaremos. Por suerte, hay otros a los que podemos regresar siempre que lo deseemos y nos acogen con los brazos abiertos. En el caso de esta lectora, esos lugares están sólidamente construidos con letras, por lo que son imperecederos, refugios para almas rebeldes que huyen, quizá cobardes, de realidades y circunstancias. Como a la mayoría de personajes de la novela que acabo de terminar, a mí también me gusta volver a la Santa Rita nacida de la imaginación de Elia Barceló. Pasear por sus jardines, recorrer sus estancias y escuchar a sus gentes. Afortunados los que hallamos cobijo en tierra ficticia. 

La segunda parte de la saga de Elia Barceló ambientada en Santa Rita se titula Amores que matan (Roca Editorial, 2023) y sigue la estela de la anterior, Muerte en Santa Rita. Tras los sucesos acaecidos en la primavera, estación durante la que transcurre la primera entrega, llega el verano y la comunidad que habita el espacio quasi mágico (tocado sin duda por la diosa de la justicia poética) tampoco podrá afrontarlo con normalidad, puesto que, al hacer unas obras en uno de los pabellones del recinto, aparecen, emparedados en una minúscula habitación, unas pinturas que se suponen de gran valor junto con el cadáver de un bebé nacido al menos ochenta años antes. Los cuadros parecen pertenecer a la escuela Der Blaue Reiter (El Jinete Azul), un grupo de pintores expresionistas fundado por Kandinsky en los primeros años del S. XX. Para verificar su autenticidad, vendrá un profesor suizo experto en la época y el movimiento, acompañado de su bella "asistente", mientras que la esposa del profesor deberá hacer frente a la mayor derrota de su vida... Todo se complicará cuando este experto aparezca brutalmente asesinado en la misma puerta de su habitación de hotel. La inspectora Lola Galindo, que ya vive desde hace un par de meses en Santa Rita, será la encargada de investigar tanto el asesinato del suizo como la procedencia de los huesos del recién nacido, y lo tendrá francamente difícil. Mientras tanto, Greta, sobrina y heredera de la propietaria de Santa Rita, irá descubriendo que la historia de su familia no es tan dulce e idílica como se la habían contado... 

En Amores que matan, el lector disfrutará de una trama muy bien construida, de una prosa elegante, cuidada y muy inteligente, repleta de matices, y de un transfondo de crítica social contundente pero exquisita. A pesar de que el nudo central de la historia se centre en la investigación del asesinato, la perspectiva del lector será diferente, puesto que conocerá desde el inicio la identidad y los motivos de la persona responsable de esa muerte. Sin embargo, esto no restará ni pizca de intriga y suspense a la trama, pues el nivel de expectativa siempre se mantiene alto. La ambientación de la novela es magnífica y se percibe que, aunque el lugar es ficiticio, Elia Barceló conoce a la perfección la localización geográfica y el ambiente mediterráneo en los que se inspira. Sus personajes son, en su gran mayoría, profundamente humanos y entrañables, alejados de cualquier atisbo de maniqueísmo. Con respecto a la crítica social, destacaría especialmente la denuncia, implícita y explícita, de la opresión de la mujer en todos los aspectos de su vida, desde la pura obliteración de su condición de ser pensante y sintiente hasta el abuso y el maltrato más sangrantes. Especial relevancia adquiere la reivindicación del papel de la mujer (ignorado, obviado, cuando no intencionadamente oculto) en el arte. En definitiva, Amores que matan es una novela amable donde, además de la trama de investigación, se tratan temas tan humanos y universales como el amor, la esperanza o el futuro. Una obra que, sin duda alguna, disfrutaréis. Palabra de lectora.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Muerte en Santa Rita, de Elia Barceló


Siempre digo que, en términos generales, hay autoras/es que son excelentes escritoras/es y otras/os que son maravillosas/os narradoras/es. ¿Y cuando en una misma pluma se combinan ambos dones? Claro y nítido: el placer lector es indescriptible (pero doble). Este es el caso de la autora de la novela que acabo de terminar de leer hace escasos minutos, una obra completa y redonda, que ilumina los ojos de quienes la leen con la inigualable luz del Mediterráneo y matiza el noir con el embriagador aroma de las flores y de las clásicas novelas de misterio. 

Muerte en Santa Rita (Roca Editorial, 2022), de Elia Barceló, está ambientada en la ficticia localidad de Benalfaro, que la autora concibe muy cercana a Elche (Alicante). Allí nos sumerge en la agradable y peculiar atmósfera de Santa Rita, un lugar que nació como balneario en la segunda mitad del S.XIX, luego devino sanatorio mental para mujeres y, actualmente, es la residencia de Sofía O'Rourke, una anciana escritora hispano inglesa, y de una comunidad transgeneracional cercana a la utopía. En el incomparable marco de ese oasis de mimosas, buganvillas y colores mediterráneos, todos y cada uno de los cerca de treinta habitantes de Santa Rita tiene el compromiso de contribuir al bien común haciendo lo que mejor sabe o aprendiendo lo necesario para hacerlo. Los albores de la primavera traen a Greta, sobrina y única heredera de Sofía, que se acaba de separar y necesita poner orden en su mente y pensar hacia dónde encaminar sus pasos, de vuelta a Santa Rita después de una ausencia de décadas. Sin embargo, la paz y la tranquilidad que se respiran en Santa Rita le durarán poco, debido a la aparición en escena de Moncho Riquelme, un desagradable parásito, amigo de Sofía desde hace muchos años, que tiene sus propios planes (nada comunitarios, por cierto) para el lugar. De la noche a la mañana, Sofía y Moncho anuncian su compromiso e inminente boda, pero sus planes quedan irremediablemente truncados al aparecer, a la mañana siguiente, el cadáver del fulano flotando en la alberca de riego. Está claro que su desaparición supone un alivio para todos y cada uno de los moradores de Santa Rita pero, ¿quién habrá tenido las suficientes agallas para solucionar el problema de forma tan expeditiva? Muchos de los miembros de la comunidad parecen guardar un secreto al menos... Si os apetece descubrirlos, ya sabéis, tendréis que leerla.

En Muerte en Santa Rita, Elia Barceló crea una trama que, en principio, parece simple, pero en realidad está llena de resquicios que generan una amplia gama de posibilidades. Para ello se apoya en unos personajes muy bien dibujados con sus idiosincrasias, brillantes, muy humanos en sus luces y sus sombras. Muerte en Santa Rita es una novela coral en la que todos parecen guardar secretos o esforzarse en ocultar algo, y el lector irá descrubriendo todos esos misterios a la vez que la recién llegada Greta. Así, conoceremos a Candy, personal assistant y confidente de Sofía, al ex comisario de policía Robles, y al resto de habitantes de Santa Rita. Dentro de la narración, hay ciertos movimientos hacia el pasado que nos ayudarán a conocer mejor a algunos personajes, sobre todo a Sofía, y entender en cierto modo cómo han llegado a ser lo que son. La prosa de Elia Barceló es deliciosamente pulcra y está magníficamente trabajada, y la historia está construida con solidez y perfección. Como trasfondo a la ficción, Elia Barceló trata con mucha delicadeza pero sin ambages unos cuantos temas universales y atemporales: la dignidad en la vejez, la enfermedad y el modo de enfrentarse a ella, el maltrato, el rol de la mujer, y algunos otros. No me extiendo más, solo os recomiendo que la leáis, porque merece la pena. Palabra de lectora.

sábado, 13 de septiembre de 2025

Después de la derrota, de Paco Gómez Escribano


Y me pregunto, como he hecho tantas otras veces, que qué será lo que queda después de la derrota. Y lo veo claro. Después de la derrota están las ruinas de la derrota. Y después de eso, la nada, la puta nada infinita.

Realista e inapelable, esta reflexión cruza los pensamientos del protagonista hacia el final de la novela que acabo de terminar. Su autor, Paco Gómez Escribano, madrileño del barrio de Canillejas, ambienta todas sus historias en el barrio que lo vio nacer, crecer y, en cierto modo, desencantarse del mundo. Porque dicen por ahí que todos los caminos llevan a Roma, pero en ciertos lugares pareciera que todas las calles, salvo contadas excepciones, fueran la crónica de una debacle colectiva y anunciada.

Después de la derrota (Editorial Alrevés, 2024) es la undécima novela publicada de Paco Gómez Escribano, experto en dar voz, en negro sobre blanco, a todos aquellos cuyas voces no alcanzaron ni alcanzarán a alzarse sobre el ignominioso silencio de la peor de las miserias, la de habitar callejones sin salida, la de recibir siempre las peores cartas en la partida, la de la falta de oportunidades licuada en una asquerosa cucharilla o sublimada junto a pequeñas partículas de polvo obstinadas en perforar el tabique nasal. Al protagonista lo bautizaron como Cipriano pero, como era un nombre que sonaba a antiguo, se autonombró Zip. Un día fue periodista, y escribió sensacionales artículos sobre un atracador de su propio barrio, pero sus adicciones y la catadura moral de algunos de sus coetáneos le cercenaron las alas y las posibilidades, y ahora regenta un hostal de tercera, heredado de sus tíos, que sobrevive gracias a las remesas de obreros que llegan a trabajar en la "capi". En el momento en que empieza la novela, Zip vuelve del funeral del Chule (el otro personaje principal de la historia, el atracador objeto de sus artículos periodísticos del pasado con quien fue forjando una relación de amistad) y decide que el momento es tan bueno como cualquier otro para pasarse por el banco. Una vez dentro, su pésima estrella le ofrenda el papel de rehén en un atraco a mano armada. Ironías del destino, el líder de los yonquis-desquiciados-atracadores, perdedores también por herencia genética, es el Nico, hijo del Chule, quien le pidió que lo cuidara en su lecho de muerte. Como buen defensor de las causas perdidas, Zip se erige como intermediario entre los delincuentes y la policía. Por un lado, nos narrará en presente el devenir del suceso, que transcurre en plena pandemia. Por otro, nos narrará en pasado cómo comenzó a escribir los artículos sobre el Chule y cómo fue surgiendo su amistad. Asimismo, y en segunda persona, le hablará al fallecido como si estuviera presente, haciendo un recorrido por su trayectoria y vivencias en diferentes prisiones del país, y exponiendo con claridad y sin tapujos las sórdidas atrocidades que durante muchas décadas se cometieron en el sistema penitenciario español (no solamente en el tardofranquismo, sino también auspiciadas, sorprendentemente, por el gobierno de izquierdas de González) de las que, por conveniencia, se ha hablado poco o nada.

Aunque Después de la derrota está relatado desde la perspectiva de Zip, su estructura narrativa podría resultar compleja si no fuera por la habilidad del autor, que consigue que el lector nunca pierda el hilo ni se enrede en él. Su estilo es directísimo, coloquial y genuino, pues conoce a la perfección el barro que modela y le da forma a su antojo. Gómez Escribano nos ofrece una narración cruda, áspera y realista, pero no exenta de pinceladas de ternura y de humor negro negrísimo. Como en títulos anteriores, Gómez Escribano radiografía con precisión y humanidad el espíritu del barrio de Canillejas, transfiriendo a sus páginas la atmósfera de sus espacios, las idas y venidas de la gente de a pie que los habita. Si hay algo que me gusta particularmente del autor es la sinceridad y la naturalidad con las que mira y describe un abismo que pocos esquivan. Otra cosa que admiro de este autor es su manera de crear personajes secundarios inolvidables, que nacen con la derrota tatuada en cada milímetro de la piel. En esta novela se las conoce como la Marga y la Cari, dos amigas yonquis, enganchadas al jaco, cuya maxima aspiración es huir del mono a como de lugar. Después de la derrota es una historia de historias, de fracasos pretéritos y futuribles, de poca justicia y muchos pecadores por herencia, de malas muertes y peores vidas. Un relato de un infierno como tantos otros, sin aspavientos ni culpas. 

jueves, 11 de septiembre de 2025

Luna, de Carlos Bassas del Rey


En el vasto y diverso espacio de la literatura podemos distinguir grandes escritores, grandes narradores y unos pocos agraciados con ambos dones. Asimismo, hay autores que escriben, otros que dibujan historias y alguna rara avis que cincela universos a golpe de palabra y con precisión quirúrgica. Este último es el caso de Carlos Bassas, autor de la novela que acabo de terminar, donde esculpe sin tapujos el rostro y la esencia de la maldad. Sin excusa. Sin justificación. Maldad genuina que no rinde pleitesía a la norma consuetudinaria. 

Luna (Ediciones Alrevés, 2024) es la segunda novela que leo (y disfruto mucho) de Carlos Bassas. Ambientada en una imaginaria población manchega, y liderada por caracteres eminentemente femeninos, lo cierto es que me ha recordado mucho a alguna película de Almodóvar. Como reza la sinopsis, Luna es la historia de tres mujeres, Dora, Sara y Luna. Abuela, hija y nieta. Tres generaciones de la misma familia obligadas por las circunstancias a convivir y a caminar por la cuerda floja de sus enigmas con pericia de acróbata. Un hogar que dejó de serlo a fuerza de silencio y de olvido, de una ausencia muy presente que habita el limbo de los secretos que hay que proteger a toda costa. Corre el verano de 1982. Mientras Naranjito aparece en todas las televisiones españolas, la moral católica nacional se resiente tras la aprobación de la Ley del Divorcio. Sin embargo, para Sara supone una oportunidad de escapar de las garras de un marido maltratador, y a la vez el suplicio de volver a una casa de donde huyó en cuanto pudo. Con ella lleva a su hija, Luna, una adolescente de catorce años y perturbadores ojos azules muy distinta al resto. Sara y Dora, su madre, tampoco encajan bien con el resto de la población. Viven marcadas por la pérdida de Juan, marido de Dora y padre de Sara, en circunstancias muy confusas. Amparadas en falsos recuerdos que ocultan una verdad que las arrollará al revelarse. Por su parte, Luna trata de ponerle nombre y darle entidad a una pulsión interna que la devora, a un deseo que debe satisfacer, mientras establece una relación sui generis con Toño, un chaval del pueblo. Y como en la mayoría de novelas negras, un asesinato conmociona la tranquilidad de erial de la población. Desaparece Javier, el chico "mongolo" (recordemos que aquella no era una etapa de corrección política), y encuentran su cadáver atrapado en un cepo y con la cabeza machacada con una piedra. No tardarán los avispados vecinos en encontrar un culpable: Miguel, el maricón, el sararasa, el invertido. Seguro que ha sido él. Nadie escapa del pecado, de la culpa y la condena cuando hay sentencia del pueblo. Celos, envidia y odios ancestrales en medio de un secarral. 

Luna es una novela negra, sin duda, pero el misterio y la intriga no apuntan hacia el presente. El lector sabe perfectamente quién ha cometido el asesinato, porque lo ha presenciado. El misterio y la intriga nos acechan, pues, desde el pasado. En forma de fantasma, espíritu o espectro. Impregna el aire viciado y amenazador del hoy el aroma de un fuego purificador del ayer. La prosa de Carlos Bassas es ágil y lírica a la vez, y su yuxtaposición un auténtico tesoro. Sus personajes son totalmente poliédricos, llenos de aristas y recovecos, de pecados y de culpas, a excepción de Luna, que parece aceptar su condición con inmensa naturalidad. El pueblo, su voz, su inquina y sus miserias, se transforman en las páginas en un personaje colectivo que ejerce su poder con fuerza y con saña, inasequible a la empatía y a la clemencia. En una telaraña de relaciones ya heridas desde un inicio tendrán que desenvolverse sus protagonistas que, en cierto modo, también me han traído a la memoria a Bernarda Alba y a sus hijas, pues encarnan en su propia existencia el drama de las mujeres en los entornos rurales de España. Violencia implícita y explícita, maldad sin disfraz, todo narrado con una deliciosa sensibilidad. Si tenéis la oportunidad, haceos con ella.

martes, 9 de septiembre de 2025

Tinta y fuego, de Benito Olmo


Es más que conocido el hecho de que, durante la Segunda Guerra Mundial, el robo y saqueo de libros fue una práctica sistemática de los nazis, principalmente contra las bibliotecas y colecciones de titularidad judía, así como de otras minorías y personas non gratas para el régimen. Con ello pretendían eliminar la cultura y la memoria de los pueblos perseguidos. Si bien algunas obras fueron quemadas en público, muchas se incautaron y fueron a parar a colecciones privadas de algunos privilegiados. Tiempo después de la guerra, se iniciaron esfuerzos internacionales para recuperar y devolver los libros a sus legítimos propietarios o sus herederos. Interesante, ¿verdad? Pues esa es justo la materia prima temática que sirve de base a la novela que acabo de terminar, una obra adictiva y muy bien escrita que combina el thriller, la aventura y un trasfondo histórico donde se entrelazan la búsqueda de libros poco comunes y un misterio que llevará al lector a la época del expolio literario que perpetraron los nazis.

La protagonista de Tinta y fuego (Planeta, 2024), de Benito Olmo, se llama Greta y es una buscadora y tasadora de libros que pasa por un mal momento económico resultado de una caída de su reputación al haber desaparecido tiempo atrás un manuscrito de Borges que estaba tasando. A causa de esta situación, se ve obligada a aceptar el insólito encargo de rastrear y encontrar la biblioteca de una adinerada familia que los nazis incautaron durante la Segunda Guerra Mundial. Los primeros pasos de esa investigación la llevarán a Berlín, donde conocerá a Oleg y descubrirá la verdadera dimensión de los robos de libros que perpetraron los nazis. Asimismo, se contagiará del afán de Oleg por encontrar la mítica Biblioteca de la Comunidad Judía de Roma, pero todo se complicará cuando averigüen que alguien está asesinando a bibliófilos y coleccionistas para hacerse con los ejemplares que formaron parte de esta bliblioteca y poder reconstruirla... ¿Quién es el ladrón de libros capaz de asesinar para conseguirlos? ¿Logrará Greta completar con éxito su encargo? Ya sabéis...Si os ha picado la curiosidad, tendréis que leerla.

Uno de los aspectos más destacados de Tinta y fuego es la fusión del thriller noir con la novela histórica, lo que da lugar a una obra intensa y emocionante que trasciende los géneros tradicionales. Benito Olmo ha debido de realizar sin duda una exhaustiva labor de documentación previa a la escritura, por lo que sumerge al lector en escenarios históricos y contemporáneos con un alto grado de verosimilitud. El ritmo al que se desarrolla la trama es el justo y necesario, ágil y adictivo pero equilibrado, y su estilo descriptivo se catacteriza por la precisión. Así, el interés y la atención del lector están garantizados. En cuanto a los personajes, Greta es una protagonista complicada, llena de aristas y muy lejos del arquetipo de heroína que conocemos, pero tiene un lado tan frágil que enseguida cae bien al lector. Si os gusta la novela negra pero también la histórica, o las tramas de aventuras, acción y misterio, o la pasión desmedida por los libros, o si simplemente queréis disfrutar de buenos ratos de lectura, no os la perdáis, porque merece realmente la pena. Palabra de lectora.

La soga de cristal, de Elia Barceló

Ay, el otoño. Una de mis estaciones del año favoritas. Tránsito a paso tranquilo entre la luminosidad y la algarabía del verano ...