miércoles, 3 de diciembre de 2025

La ley del hambre, de Ana Ballabriga y David Zaplana


Candasnos es un pequeño municipio de la provincia de Huesca que destila historia por los cuatro costados. Situado en la comarca del Bajo Cinca, cerca de importantes vías de comunicación, ha constituido, desde tiempos antiguos, un punto de paso y encuentro, de intercambio y descanso. Uno de sus grandes tesoros es la naturaleza que lo rodea: horizontes abiertos, campos de cultivo y cercanía de espacios naturales conforman sin duda un paisaje digno de admirar. Candasnos es el lugar que vio nacer a Ana Ballabriga, co-autora de la novela que acabo de terminar, y el escenario elegido para ambientar la obra, una obra vibrante y profundamente humana que combina entretenimiento, crítica social y personajes memorables.

La ley del hambre (Editorial Contraluz, 2023), escrita a cuatro manos por Ana Ballabriga y David Zaplana, es una novela coral donde secretos ancestrales, una conspiración económica y unos personajes que se enfrentarán a su destino hilvanan los hilos que darán forma a la trama, tres hilos situados en tres líneas temporales que confluyen en Candasnos y que, aunque son ficción, están inspiradas en hechos reales. Por un lado, una noche en mitad de una terrible tormenta, una bestia monstruoso emerge de la Balsa Buena de Candasnos dejando tras de sí un brazo humano. El cabo de la guardia civil Caín Álvarez, inmerso en una situación personal dolorosa y tremendamente complicada, deberá averiguar la identidad de la víctima y la naturaleza de la criatura a la que se enfrentan. Por otro lado, en Barcelona, Vera, una joven periodista, es despedida del medio en el que trabaja, Ecológica Digital, por negarse a revelar las fuentes que le proporcionaron información para publicar un artículo donde denuncia las malas praxis de una empresa de semillas. Y, en tercer lugar, aunque cuarenta años atrás, en torno a 1974, Calixta, una joven que ha servido hasta la fecha a la familia de los Crispos, los caciques del pueblo, es violada por su marido en la noche de bodas e inicia una nueva vida en Barcelona, pero una maldición parece perseguirla desde que vio algo terrible en la casa donde trabajaba. Con una prosa directa y trepidante, y usando de base temas tan universales como el conflicto de clases, la lucha por la independencia de la mujer y el medioambiente, Ballabriga y Zaplana trenzan estos tres ramales, con Candasnos como centro neurálgico de una siniestra telaraña de misterios y secretos, hasta llegar a un final que... Sí, hombre, que os voy a desvelar siquiera una migaja del final... Si os ha picado la curiosidad, ya sabéis: a leerla.

En La ley del hambre, Ana Ballabriga y David Zaplana nos sumergen en una trama intensa que combina intriga, crítica social y un ritmo narrativo que no da tregua. Desde las primeras páginas, la novela atrapa con una atmósfera cargada de tensión. Arranca con fuerza y mantiene un pulso narrativo constante. La historia, que desgarra conciencias a dentellada limpia, se desarrolla en un contexto marcado por la desigualdad y la lucha por la supervivencia, trasfondo social que le aporta una capa extra de profundidad. Los autores no se limitan a contar una historia de suspense; también ponen sobre la mesa preguntas incómodas sobre el poder, la corrupción y hasta dónde puede llegar una persona cuando el hambre —literal o metafórica— aprieta. Uno de los puntos más fuertes de la novela, en mi humilde opinión, es la construcción de sus protagonistas. No hay héroes perfectos ni villanos planos: todos tienen aristas, contradicciones y heridas que los hacen creíbles. Aquí no hay estereotipos fáciles. Los protagonistas están llenos de matices: sus virtudes y defectos se entrelazan, y sus decisiones, a veces cuestionables, los vuelven más reales. La alternancia de puntos de vista permite conocer sus motivaciones más íntimas y entender que, en este mundo, nadie es completamente inocente. Los autores manejan con destreza el suspense, dosificando la información y cerrando cada capítulo con un gancho que obliga a seguir leyendo. La prosa es ágil, directa y sin adornos innecesarios, lo que potencia la tensión y mantiene la atención hasta el final. En resumen, La ley del hambre no es solo un thriller muy bien construido; es también un espejo incómodo que refleja realidades que preferimos ignorar. Es una lectura que entretiene, pero que también deja un poso de reflexión sobre la condición humana y las reglas invisibles que rigen nuestra sociedad. Muy recomendable. Palabra de lectora.

lunes, 1 de diciembre de 2025

Los perseguidos, de Fernando Benzo

Hay novelas que no solo se leen, sino que se respiran. Novelas donde, desde sus primeras páginas, el lector se ve arrastrado a un territorio donde la tensión late en cada diálogo y el pasado se convierte en una sombra que nunca deja de acechar. Obras que combinan el pulso del thriller con la hondura emocional de un drama humano, logrando que cada capítulo sea una invitación —y a la vez un desafío— a seguir adelante. Universos narrativos donde los personajes, en lugar de ser meros testigos de los acontecimiento, son piezas vivas de un engranaje marcado por la culpa, la lealtad y la necesidad de redención. Es en estos universos donde las historias se despliegan como mapas de heridas abiertas, donde cada decisión tiene un precio y cada silencio esconde una verdad incómoda. Ese es justo el caso de la novela que acabo de terminar, con la que también estreno autor.

Los perseguidos (Planeta, 2023), de Fernando Benzo, traslada al lector a un Madrid en dos tiempos, en los setenta-ochenta y en la actualidad, convirtiendo ambos en territorios donde las certezas se desmoronan y nadie parece estar a salvo. Una de las protagonistas, Daniela Lozano, es una periodista que sospecha que la muerte del abogado con el que mantiene una relación sentimental no ha sido un accidente, sino un asesinato en toda regla. Con toneladas de valentía y otras tantas de imprudencia, incluso desafiando al establishment, Daniela se embarca en una investigación que sacará a la luz un intrincado laberinto de criminalidad que incluye corrupción policial a todos los niveles, mafias internacionales y hasta al mismísimo ministro del Interior. Contará para ello con dos apoyos fundamentales. Por un lado, su pasión por la verdad y la justicia. Por otro, el testimonio y la compañía de Peyo, un hombre marcado por un pasado que intenta dejar atrás, y que se verá arrastrado a una red de intrigas y peligros cuando viejas cuentas pendientes vuelvan a llamar a su puerta. Alrededor de ambos, las vidas de otros personajes se entrelazan en un juego de lealtades, traiciones y supervivencia. La trama sigue a hombres y mujeres que, sin buscarlo, han quedado atrapados en una cacería implacable. No son figuras heroicas ni villanos de manual: son seres humanos con cicatrices, atrapados en un juego de engaños, traiciones y decisiones que pesan como losas. Las persecuciones literales a las que se ven sometidos son también un espejo donde se reflejan sus propias batallas internas. Cada paso que dan los protagonistas los acerca tanto a la salvación como a su propia ruina. La justicia y la venganza se confunden, y la línea que las separa se difumina hasta desaparecer. Fernando Benzo construye un thriller que late con la urgencia de la acción, pero que también se adentra en la fragilidad de la condición humana. Aquí, el peligro no solo acecha en las calles o en las sombras, sino en los rincones más oscuros de la conciencia. Porque, al final, lo más aterrador no es quién nos persigue… sino aquello de lo que intentamos huir dentro de nosotros mismos.

En Los perseguidos, Fernando Benzo ofrece al lector un thriller tan emocional como de suspense que atrapa desde la primera línea. Con una prosa atractiva y envolvente, el autor explora el modo en que las sombras del pasado pueden condicionar el presente, incluso cuando creemos haberlas dejado atrás. La trama nos sumerge en la vida de personajes que cargan con culpas, secretos y heridas abiertas. Cada uno de ellos se mueve en un terreno moral ambiguo, en las antípodas del maniqueísmo, donde las decisiones nunca son simples y las consecuencias siempre pesan más de lo esperado. Benzo maneja con maestría esta complejidad, construyendo un relato que no solo intriga, sino que también invita a reflexionar. El ritmo es ágil, pero no apresurado. Las escenas están cargadas de tensión, y los diálogos, precisos y naturales, transmiten tanto como las descripciones. El autor sabe cuándo acelerar la acción y cuándo detenerse para que el lector respire… o se inquiete aún más. Uno de los puntos más destacados es la atmósfera: densa, realista y casi cinematográfica. Benzo no se limita a contar lo que ocurre; nos hace sentirlo. El silencio incómodo, la mirada que evita otra, el peso de una verdad que amenaza con salir a la luz… todo está ahí, palpable. En definitiva, Los perseguidos es mucho más que una novela de intriga. Es un retrato humano sobre la memoria, la culpa y la necesidad —o el miedo— de enfrentarse a lo que nos persigue. Una lectura intensa, bien escrita y con un poso emocional que perdura mucho después de pasar la última página. Yo de vosotros no me la perdería.

viernes, 21 de noviembre de 2025

Donde se queman los hombres, de Carmen Clara Balmaseda


¿Cuánto dolor cabe en las páginas de un libro? ¿Cuánto miedo? ¿Cuánta culpa? Preguntas retóricas, lo sé, pero de algún modo esta lectora tiene que dejar salir su asombro (bendito asombro) ante el poder de unas letras para remover y conmover. Para construir puentes entre la tristeza y el anhelo de verdad. La novela que acabo de terminar es capaz de eso y mucho más y su autora, otro auténtico descubrimiento al que indudablemente le seguiremos la pista.

Donde se queman los hombres (AdN Editorial, 2024), de Carmen Clara Balmaseda, sitúa al lector en el Badajoz del año 1983, casi recién estrenada la democracia (en unos sitios más que en otros). La trama comienza cuando Miguel Expósito, pacense de nacimiento y abogado de profesión, es requerido para asumir la defensa del presunto asesino de su propio hermano, Julián Expósito. A este último lo mataron diez años atrás, pero el crimen sigue sin resolverse. Ahora nuevas evidencias han salido a la luz y apuntan directamente a Gonzalo Vegas, que en el pasado fuera el mejor amigo de la víctima y a quien ya se investigó como principal sospechoso en su momento. Miguel, marcado a fuego por la muerte y también la vida de su hermano, regresa a Badajoz, de donde huyó precisamente para escapar del pasado y de sí mismo, con un dolorosísimo dilema moral. ¿Debería renunciar inmediatamente a la defensa de Gonzalo Vegas o al menos debería escucharlo para intentar descubrir algún atisbo de verdad en su alegato de inocencia? Empujado por las dudas, la inquietud y un ineludible sentimiento de culpabilidad, se embarcará en una investigación cuyos interrogantes irán en aumento con cada nuevo descubrimiento. Contará para ello con la ayuda (aunque ni él mismo termine de creérselo), de Melania Gallardo, la fiscal empeñada en meter a su defendido entre rejas y con la que, además, no mantuvo muy buena relación en el pasado. La trama de investigación, combinada con analepsis en capítulos alternos, resulta en un viaje por la historia que transcurre desde los albores del franquismo hasta los primeros años de la democracia, mostrando al lector las repercusiones a nivel social y a nivel familiar de la costumbre y la moralidad de la época. Conoceremos así la vida del asesinado, Julián Expósito, su conflictiva relación con el principal sospechoso, el desafío que le supuso su homosexualidad en todos los terrenos, su paso por el ejército y su forzado destierro en Madrid. ¿Será finalmente Gonzalo Vegas el asesino? ¿Lograrán sacar a la luz una verdad tanto tiempo oculta? Ya sabéis, para averiguarlo... tendréis que leerla.

La prosa de Carmen Clara Balmaseda denota el gran dominio de la autora sobre el lenguaje. Muy pulida, profunda, penetrante y evocadora de humanidad en todas sus vertientes, dibuja con mucha habilidad la epopeya de Miguel Expósito, y ofrece al lector una historia que le sirve de marco para reflexionar sobre la represión, el exilio y el anhelo de libertad que marcarían a generaciones enteras a causa de la dictadura franquista. La trama de la novela está entretejida con mucha maestría a partir de la complejidad de las relaciones humanas y los vínculos familiares y la dimensión social de la historia política. Una excelente novela que, sin duda, os recomiendo.

jueves, 13 de noviembre de 2025

El juego de los crímenes perfectos, de Reyes Calderón

El año 2020 quedará sin duda registrado en los anales de la historia (como un año nefasto), pues el mundo entero experimentó una situación insólita hasta ese momento: una pandemia global que puso boca arriba nuestros días y nuestras noches, nos despojó de nuestra certeza de invulnerabilidad y se cobró la vida de miles y miles de personas a lo largo y ancho del planeta. La mayoría prefiere tratar de olvidar ese lapso de tiempo gobernado por la oscuridad y la incertidumbre. Otros, en cambio, lo utilizan como materia prima para fabricar historias. Y ese es justo el caso de la novela que acabo de terminar.

El juego de los crímenes perfectos (Planeta, 2022), de Reyes Calderón, se ambienta en un Madrid recién salido de la época más dura de la pandemia de Covid. Los primeros meses de la pandemia sumieron a la capital española en el caos. Miles de muertos sobrepasaron por mucho la capacidad de respuesta funeraria de la cuidad, y los Palacios de Hielo tuvieron que habilitarse temporalmente como morgues provisionales. La trama de la novela comienza cuando en el Palacio de Hielo de Madrid queda un cadáver que nadie reclama, por lo que no pueden devolver la infraestructura al uso para el que fue concebida. Alertada la Policía Nacional, se descubre que, dentro del ataúd donde se suponía que debía descansar una mujer, en realidad reposa un varón. Lo que podría en principio parecer una confusión derivada del caos y la saturación de un sistema montado a marchas forzadas, pronto empieza a suscitar dudas e incertidumbre, y el inspector Salado, junto al novato y atractivísimo Javier Jaso y la "impecable" guía de un juez instructor supersticioso a más no poder, deberán investigar la causa de un error que poco a poco se va transformando en un macabro misterio relacionado con un caso antiguo que sigue abierto. Misterio que, por otro lado, afectará también a la joven doctora Padierna que, agotada tras jornadas maratonianas de trabajo patrocinadas por el Covid, solo sueña con poder irse de vacaciones. Sin embargo, sus ansias de relax se verán truncadas por circunstancias personales, familiares y profesionales insólitas para ella hasta la fecha. Un criminal que antaño fue víctima, psicopatía transmitida y altas dosis de sadismo son algunos de los ingredientes de esta novela, ganadora del Premio de Novela de Cartagena Negra en 2023.

Reyes Calderón aprovecha hábilmente la situación de saturación del sistema sanitario en los meses iniciales de la pandemia para generar tanto el hilo de la trama como la atmósfera de El juego de los crímenes perfectos, logrando crear una historia compleja y muy original, bien articulada y escrita con solvencia, que despierta el interés del lector y lo mantiene hasta la última página. Si tenéis oportunidad, leedla.

miércoles, 5 de noviembre de 2025

Bruja fracasada busca demente que la aguante, de Gema Tacón


Y bien. Aquí creo que termina todo. Estoy dentro de un ataúd con un vibrador rosa fluorescente como única fuente de luz, y me da que a ese cacharro no le queda mucha luminiscencia. El sudor me resbala por la espalda y se mezcla con el olor rancio del plástico caliente. Tengo una rodilla dormida y la otra empieza a latir con un cosquilleo odioso. No sé si me han enterrado viva, si esto es parte de un hechizo fallido o simplemente lunes.

Cuando una novela empieza así, ya sobra cualquier introducción en la reseña. Cara de asombro seguida de la primera carcajada. Cuando piensas que ya no puede sorprenderte con situaciones más rocambolescas e hilarantes, llega ella y te demuestra que sí, que su imaginación desbordante, su cachaza y su talento dan para eso y para más. Cada novela suya es un constante desafío a las cremas antiarrugas, porque las de la risa se marcan bien marcadas. ¿Que de quién hablo? Pues de Gema Tacón, evidentemente. 

Su última novela, recién salidita del horno, se titula Bruja fracasada busca demente que la aguante y es casi un pulso al último vestigio de cordura que pueda quedar en la mente de la gaditana. La autora la ha definido como cozy mistery, pero yo creo que le han bailado un poco las letras porque en realidad quería decir crazy (pero muy crazy) mistery. Su protagonista, Minerva, es una treintañera con una configuración mental poco normativa (vamos, que está como una maraca), limpiadora de profesión y con una tendencia natural a verse envuelta en saraos no exentos de riesgo. Cuando era pequeña descubrió (y robó, todo sea dicho) en la biblioteca un manual de brujería y, desde entonces, su principal misión en la vida es despertar sus supuestos poderes brujeriles y ser aceptada en algún aquelarre. Dos sucesos vendrán, de forma casi simultánea, a poner patas arriba su ya de por sí excéntrica existencia. En primer lugar, encontrará una adorable mofeta en un contenedor y sin pensarlo dos veces la adoptará como mascota, bautizándola como Belcebú, porque sin duda es un ser demoníaco, un familiar de bruja o algo por el estilo (viva la colección de mascotas raras de la Tacón). Poco después llegará un nuevo vecino al piso de enfrente del suyo, y su acertadísimo instinto la advertirá de que es un ser sobrenatural, y centrará sus esfuerzos en desenmascararlo, provocando algún que otro desastre, entre ellos enamorarse perdidamente de él. Bruno, que así se llama el vecino, empezará a trabajar en uno de los tanatorios de la localidad, y ambos se verán envueltos en una trama llena de misterio (y de riesgo) de muertos y negocios de vivos. Como ellos solos no van a salir sanos y salvos del entuerto, precisarán la ayuda de refuerzos familiares, y vaya refuerzos. Romance, mofeta, cadáveres, maquiávelicas ex, madres de hierro, alguna asiática ninfómana y un comando de señoras que ni los GEOs se combinarán para no dejaros dormir hasta que no os acabéis la novela.

¿Es que os tengo que decir más todavía para que la leáis? No creo...

viernes, 31 de octubre de 2025

El balanceo del Alacrán, de Eduardo Fernán-López


Este vaise i aquel vaise,
e todos, todos se van,
Galicia, sin homes quedas
que te poidan traballar.
Tés, en cambio, orfos e orfas
e campos de soledad,
e nais que non teñen fillos
e fillos que non tén pais.
E tés corazóns que sufren
longas ausencias mortás,
viudas de vivos e mortos
que ninguén consolará. (Rosalía de Castro)

El 15 de febrero de 2022, durante una gran tempestad, el arrastrero español Villa de Pitanxo fue engullido por el Atlántico a 250 millas de las costas canadienses de Terranova y Labrador. De sus 24 tripulantes, sobrevivieron únicamente tres. Aunque la investigación sigue abierta, todo parece apuntar a un error humano del capitán al intentar recoger las redes durante el temporal y dar tarde la orden de evacuación del barco. Estos datos, fríos y asépticos, son en realidad el negro sobre blanco de una ignominiosa tragedia, del aciago destino que acecha siempre a las gentes del mar, y este caso real es el germen de la novela que acabo de terminar. Su autor utiliza el naufragio del Villa de Pitanxo, ficcionando algunos de sus elementos, como punto de partida de una historia de crimen y misterio.

En El balanceo del Alacrán (Destino, 2025), de Eduardo Fernán-López, el pesquero se llama Alacrán y solo dos son los supervivientes del naufragio acaecido en las mismas aguas. Siete meses después de que comience el juicio que trate de encontrar las causas del accidente y depurar responsabilidades, alguien asesina a Raúl Barros, presidente del grupo empresarial propietario del pesquero, y a su hija, con la que este no parecía mantener muy buena relación. Para intentar esclarecer este doble crimen, el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Vigo, encabezado por el inspector Tristán Negreira y la subinspectora Virginia Almada, tendrá que emplearse a fondo. A los pocos hilos de los que tirar se unirá el hermetismo del entorno de la naviera, cuya junta directiva está demasiado ocupada en una lucha intestina por el control de la empresa. Quizá la prensa tenga la clave para resolver este caso...¿Tendrán los asesinatos de Barros e hija relación con el naufragio del Alacrán? ¿Cuál es la razón de la inexistente relación entre padre e hija? ¿Y por qué, si llevaban mucho tiempo sin hablarse, estaba ella en esa vivienda la noche de autos? Ya sabéis... Si os ha picado la curiosidad, tendréis que leerla.

Dos voces narrativas se alternan en El balanceo del Alacrán para trenzar una historia que atrapa pronto al lector. Por un lado, un narrador omnisciente desvelará los pormenores de la investigación, de la relación paterno filial y del modo en que se gestan ciertas noticias bomba que aparecerán en la prensa. Asimismo, nos dibujará, con calma y unos diálogos muy potentes, las luces y las sombras de unos personajes profundamente humanos y muy verosímiles. Por otro lado, una voz en primera persona nos narrará un pasado de lucha, de reivindicación, de dolor y de venganza. Con una prosa muy correcta y muy medida, sencilla y directa, Eduardo Fernán-López ofrece al lector una novela con una atmósfera conseguida con mucha habilidad que llevará al lector a querer saber más y más, a devorar con ganas cada página hasta alcanzar la resolución del misterio. Si os gusta la novela negra, yo no me la perdería. Palabra de lectora.

miércoles, 29 de octubre de 2025

Sin latido, de Yolanda Cruz Ayala


Libridinosum sigue descubriendo a autores nuevos. En este caso le toca el turno a Yolanda Cruz Ayala, escritora gibraltareña afincada en La Línea de la Concepción (Cádiz). Llevaba tiempo leyendo muy buenas reseñas de su última obra publicada, y la lectura conjunta del mes de octubre del grupo Ladrones de Libros ha propiciado que me pusiera con ella mucho antes de lo previsto (esa lista de pendientes que no hace más que aumentar...). Siempre resulta muy agradable que una novela cumpla con las expectativas generadas a priori, y si las supera ni os cuento. En este caso, se trata de una obra con ingredientes muy atractivos combinados de manera muy equilibrada que seguro harán disfrutar a los lectores de novela negra/policíaca.

Sin latido (NdeNovela, 2024), de Yolanda Cruz Ayala, está ambientada en La Línea de la Concepción (Cádiz), aunque en la historia el lector hará alguna escapada a Marbella e incluso a Londres. Podría decirse que es una novela coral, pues son varias las perspectivas de personaje que se abordan y muchos de ellos juegan un papel destacable. La novela comienza con una joven en una sala de interrogatorios. Se llama Celeste Blanch, y está a punto de realizar su declaración a causa de la muerte de uno de sus mejores amigos. Dos páginas después, la escritora nos lleva a 2017, y al personaje de Olivia Fernández, una psicóloga linense que atraviesa un mal momento personal y profesional a causa de la decisión que tomó uno de sus pacientes al salir de su consulta. Una mañana, al revisar el correo electrónico, ve que en su bandeja de entrada tiene un mensaje de Celeste Blanch, con quien tuvo relación en la infancia y en la adolescencia pero de quien los años la fueron separando hasta perderle la pista. El correo le indica que le gustaría tratar con ella un asunto del pasado para lograr llegar a la verdad. Esa misma mañana, su vecina le hace entrega del portátil que le ha enviado Celeste, por si a ella le pasara algo y para que Olivia pueda leer un relato que ha escrito sobre aquellos años y los posteriores y que atañe al hermano de Olivia y a otro amigo con el que la psicóloga mantuvo una relación sentimental en el pasado. Asombrada y algo preocupada, Olivia acude a casa de Celeste para hablar con ella, pero no es posible porque lo único que encuentra es su cadáver. Sobredosis de benzodiazepinas, al parecer. Aquí entra en juego ya el equipo de investigación, encabezado por Rodrigo Ugalde y su inseparable María Infantes, de la UDEV. Pese a que todo parece apuntar a un suicidio, la intuición de Ugalde no compra esa hipótesis, y hará todo lo humanamente posible para indagar en la verdadera causa de la muerte de Celeste Blanch, pese a tener muchas de las circunstancias en contra. Olivia irá leyendo poco a poco el relato de Celeste, que ahonda en unos sucesos del pasado que marcaron la vida de unos cuantos y ofrece una perspectiva sobre Alex Fernández que su hermana Olivia desconocía. En paralelo a la trama de investigación, y muy relacionado con ella, Yolanda Cruz nos irá mostrando las facetas íntimas de los personajes, que atraviesan momentos y situaciones complicadas. El pasado va extendiendo sus tentáculos haciéndose muy presente. ¿Han asesinado a Celeste? Si así fuera, ¿quién? ¿Estará la intuición de Rodrigo equivocada y estamos ante un siempre triste caso de suicidio? Si queréis saber, tendréis que leer, porque yo no pienso contar nada más.

Los 67 capítulos en los que está estructurado el desarollo de la trama de Sin latido son en su gran mayoría breves y dan poca tregua al lector, invitándole en todo momento a averiguar quién o qué ha causado la muerte de Celeste Blanch, y a ir encajando las piezas de un puzle a todas luces complejo y que no estará completo hasta casi el mismo final. Final que, personalmente, no vi venir por ningún sitio, porque a Yolanda Cruz se le da genial jugar al despiste y generar un amplio abanico de sospechosos. El relato combina la tercera persona de un narrador omnisciente con la primera persona de la voz de Celeste Blanch a través de esa suerte de diario que hace llegar a Olivia, y ese cambio de perspectiva en la narración resulta por un lado atractivo y, por otro, muy efectivo de cara a atrapar al lector entre sus páginas. Con una prosa elegante y perfecta, Yolanda Cruz ofrece al lector una historia de pérdida, de ausencias, de sueños rotos y trenes perdidos, de almas desportilladas por un pasado que de ningún modo fue mejor, combinada con grandes dosis de intriga y suspense. Yo de vosotros no la dejaría pasar y en cuanto pudiera le hincaría el diente. Merece la pena. Palabra de lectora.

La ley del hambre, de Ana Ballabriga y David Zaplana

Candasnos es un pequeño municipio de la provincia de Huesca que destila historia por los cuatro costados. Situado en la comarca ...