jueves, 11 de abril de 2024

Un animal salvaje, de Joël Dicker

Es de sobra conocido que las apariencias en ocasiones engañan. Que el exterior de las personas y las cosas es susceptible de contribuir a generar una opinión por lo general equivocada. Hay corrientes de resaca en mares aparentemente en calma y sonrisas que disfrazan almas en ruinas. Fachadas opulentas que ocultan a la mirada indiscreta la más abyecta de las miserias. Cuando comenzamos la lectura de una novela negra, policíaca o de misterio, ya partimos de la premisa de que, muy probablemente, nada va a ser lo que parezca, pero hay autores extremadamente habilidosos que llevan el trampantojo a sus últimas consecuencias. Apariencias, engaños, medias verdades y estudiados giros argumentales son parte de la materia prima de la novela que acabo de terminar. Sí, señores, el maestro Dicker lo ha vuelto a hacer. Secuestrarme entre sus páginas y no dejarme respirar hasta haber alcanzado la última.

Un animal salvaje (Alfaguara, 2024), de Joël Dicker, salió la la venta hoy hace justo una semana, y esta lectora no ha podido resistirse a saltarse toda la cola de títulos pendientes y devorarlo con deleite. En esta ocasión, el genio suizo nos ofrece la historia de un atraco que huele a gato encerrado, con cinco personajes que sin duda sorprenderán al lector. La trama de Un animal salvaje comienza el 2 de julio de 2022 con dos individuos que van a cometer un atraco inminente en una importante joyería de Ginebra. A partir de ese momento se desliza hacia el pasado —hacia diferentes pasados, como es habitual en Dicker— y nos presenta a los personajes semanas antes de lo que ya se intuye no va a ser un vulgar robo. Dos familias que, si no se rasca la superficie, no abandonan nunca la cuadrícula que impone la norma. Un lobo solitario que reaparece en el escenario de unas vidas modélicas para desordenarlas. Mentiras, secretos, obsesiones, pasiones difíciles de satisfacer y una investigación que discurre por cauces poco o nada ortodoxos. No os voy a contar más, porque es preciso adentrarse en la obra con la mínima información posible.

En Un animal salvaje el lector se enfrentará a una lectura marcada por un ritmo trepidante, el habitual estilo dickeriano a varios tiempos y algunos giros de tuerca que tirarán por tierra las hipótesis que vayan formándose en su cabeza. Barra libre de emoción y suspense, como en todo lo que hasta la fecha he leído del mago helvético. Y una interesante reflexión sobre el amor, la pasión y las consecuencias que de ella se derivan. No podéis perderosla. Palabra de lectora.

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