“No creamos un mundo de fantasía para escapar de la realidad. Lo creamos para poder quedarnos”. Son palabras de Lynda Barry, autora y dibujante estadounidense, y yo, desde el punto de vista lector, las suscribo totalmente. Parecerá extraño, incluso paradójico, pero la magia y la fantasía pueden convertirse en refugios que actúen de elementos de anclaje a la realidad que a cada uno nos ha tocado vivir. Quizá sea porque en ellas podemos proyectar nuestros sueños, nuestros anhelos más profundos e intangibles, jugar con ellos y disfrutarlos sin censura. O, tal vez, puede que el atractivo de la fantasía resida en que obtiene el máximo rendimiento del arma más poderosa a disposición de los humanos: la imaginación. Sean cuales sean los motivos, lo cierto es que el género fantástico es uno de mis favoritos.
Hará unos tres años, en la Feria del Libro de Almería, tuve la suerte de encontrarme con el stand de Ediciones Arcanas, una pequeña editorial almeriense que apuesta fuerte por la fantasía. Allí compré, entre otros títulos, La rosa de Naran (cuya primera edición fue publicada por Ediciones Atlantis en 2014 y la segunda, por Ediciones Arcanas en 2016), de Saray Santiago. Es el cuarto título que leo bajo el sello de Arcanas y, al igual que los tres anteriores, me deja con ganas de más (por suerte, tengo la segunda parte esperándome en la mesa del despacho). En La rosa de Naran, Saray Santiago nos lleva hasta Zailën, territorio inventado donde seres mágicos y humanos viven separados desde hace milenios. La historia comienza con una pareja de humanos que recibe un regalo inesperado: una preciosa bebé en la puerta de su casa, junto a dos cartas y un anillo que atestiguan la identidad de la pequeña. Kat –así se llama la niña– crecerá feliz junto sus padres adoptivos, y será poseedora de un don especial que mantendrá en secreto para no ser señalada. Un buen día, mientras trabaja junto a su padre, se cruzará en su camino Will, un apuesto joven que de inmediato le robará el corazón pero le dará el suyo a cambio. Kat y Will comenzarán a soñar con un futuro juntos lleno de amor y de niños pero, la misma noche en que nuestra protagonista cumple dieciocho años, le será desvelado su origen y se desencadenará una serie de acontecimientos que cambiarán su vida para siempre. Junto a su amado y con la ayuda de su recién descubierta madre, se verá obligada a huir y llegar a la tierra mágica de Esmelina, donde tendrá que aprender con rapidez a controlar sus poderes para evitar que estos la destruyan. Allí estará a salvo y no caerá en las garras del malvado Atarrán, un hechicero mezquino que ansía dominar el mundo mágico y el humano, pero... Pero nada, si les ha picado la curiosidad y quieren saber más, tendrán que leerla.
Apta para todos los públicos, La rosa de Naran atrapará al lector prácticamente desde la primera página. En ella, Saray Santiago combina a la perfección elementos y estructuras del cuento tradicional con un cambio en la relevancia de los roles femeninos. Dibuja en profundidad a la mayoría de personajes, por lo que tiene la empatía del lector garantizada. Y su manejo de la tensión dramática, soberbio. Una excelente historia fantástica narrada con mucha magia. No se la pierdan.
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