domingo, 1 de mayo de 2022

El proyecto Escipión, Roberto Villareal

En el año 218 a. C., y con el objetivo de interrumpir la línea de suministro de Aníbal y sus cartagineses, se produce el primer desembarco de romanos en el noreste del territorio español. A partir de ese momento, dará comienzo el proceso largo y tedioso (casi dos siglos duró) de la romanización de la Península Ibérica, que pasaría a denominarse Hispania. La civilización romana, mucho más avanzada y refinada que las culturas que habitaban la península en aquel momento, sometió sin cortapisas   a la población autóctona (como en todas las invasiones), imponiendo sobre ella su religión, sus leyes, sus costumbres y, en general, el modo de vida de Roma. La influencia romana se extendió por todas las ciudades que ya existían a su llegada, pero tuvo especial repercusión urbanística en los asentamientos de nueva construcción, tales como Augusta Emerita (Mérida), Itálica (ahora Santiponce, en Sevilla) y Tarraco (a la que hoy conocemos por el nombre de Tarragona). Conservamos de aquella época centenares de infraestructuras, monumentos, costumbres y leyes (véase el Derecho Romano). Sin embargo, lo más relevante en cuanto a esta entrada se refiere, es la posibilidad que ofrece a escritores (de este y de todos los tiempos) de inspirarles obras como la novela que nos ocupa y cuyo escenario no es ni más ni menos que Tarraco, la ciudad milenaria que mora en los subterráneos de la actual Tarragona.

El proyecto Escipión, escrita por Roberto Villareal y publicada por Roca Editorial hace poco más de quince días (abril 2022), bebe de la cultura romana mientras desgrana una historia policíaca en la que nada es lo que parece (o sí, pero no del todo). El principal protagonista es Néstor, un joven tímido y apocado que, sin vocación alguna, ejerce de policía local en la capital tarraconense. Una noche, mientras hace la guardia nocturna junto a su primo Juanjo, debe acudir a inspeccionar la villa romana de Els Munts ya que, al parecer, unos gamberros han saltado la valla. Lo que encontrarán en el interior de la villa, concretamente en donde antiguamente se ubicaban las letrinas, los dejará sin aliento. Poco después, un nuevo crimen en otro de los lugares emblemáticos de la ciudad, donde se encuentra trabajando Faustino, su mejor amigo, plantará en nuestro inexperto investigador la semilla de un planteamiento que ya no le abandonará: el asesino sigue una pauta que, muy probablemente, esté muy relacionada con los usos y costumbres de la civilización que levantó Tarraco. Junto a Faustino, Pepe Miralles –un periodista retirado— y la joven bibliotecaria que le ha robado el corazón, iniciará una investigación que lo empujará a terreno peligroso. Dicha investigación le hará también enfrentarse a un pasado del que intenta alejarse, marcado por el suicidio de su padre cuando tenía 8 años, su vuelta a tierras vascas junto a su ama y una niñez y adolescencia envenenadas por continuos episodios de bullying. Dichas circunstancias lo impulsan a buscar refugio en la biblioteca de la casona donde trabaja su madre, y le convertirán en un apasionado de la historia y la estrategia militar, lo que le resultará muy útil ante los acontecimientos en los que se involucrará más tarde. Al final... Ya saben, si les ha picado la curiosidad, léanlo, no se lo voy a destripar yo.

El proyecto Escipión, como se indica ya en la cubierta de la obra, "resucita el legado más oscuro de la Roma imperial" dos milenios después de su existencia. El autor juega a menudo con el lector, modulando con frecuencia la tensión dramática mediante la aportación de gran cantidad de información histórica, arquitectónica y arqueológica que dotará a la milenaria ciudad de Tarraco y sus vestigios en la actualidad de una solidez igual a la del resto de personajes de carne y hueso. Misterio, intriga, algo de amor y, sobre todo, mucha Roma. 

2 comentarios:

  1. Caramba, qué buena pinta que tiene esta historia. Me has despertado la curiosidad por ella. Muchas gracias.

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    1. A por ella Rubén, creo que te enganchará... Como padre de la criatura, no puedo ser muy objetivo, pero si te gusta la novela negra y la intriga histórica, no te la pierdas. Un abrazo. Roberto Villarreal

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