sábado, 30 de enero de 2021

Algunos libros que leí despacio. Textos críticos, de Pascual García

... siempre un libro me ha hecho compañía, me ha quitado el sueño, me ha devuelto el sueño, me ha ocupado las horas de ocio, de la desgana, de la espera y de la soledad.

Ese secreto a voces nos confiesa Pascual García en "Leer", la suerte de introducción que hace a su obra Algunos libros que leí despacio. En el prólogo de la misma, el catedrático Francisco Javier Díez de Revenga afirma que "para escribir un libro como este hay que estar dotado de una gran capacidad para saber transmitir la emoción ante la obra literaria, y hay que disponer de un estilo personal, de un idioma propio, claro y preciso, a la hora de escribir lo que estas impresiones han supuesto para el autor". Queda claro que a Pascual García le sobra el talento para transmitir su pasión por la literatura, y que su idioma particular se articula en torno a una combinación de aciertos que resultan, por un lado, en la nitidez y en la asequibilidad y, por otro, en la belleza y en la brillantez más irrefutables.

Pluma de primera independientemente del género en el que se muestre, y lector avezado, sensible e inteligentísimo, Pascual García nos ofrece en Algunos libros que leí despacio 67 textos críticos en los que analiza de forma rigurosa, precisa y didáctica algunas de las obras que han enriquecido su universo literario. Nos regala, y digo bien, nos regala, porque no hay precio que pueda pagarlo, el privilegio de asomarnos con sus ojos a esas 67 ventanas cuyas vistas conforman el paisaje literario del que se ha nutrido como escritor y como persona. Su catálogo es amplio y variado en género, y contempla autores internacionales como Ismail Kadaré, Vargas Llosa o Benedetti, escritores nacionales de la talla de Muñoz Molina, y literatos de nuestra región de distinta proyección en el ámbito de las letras. Dionisia García, Aurora Saura, su estimado Pedro García Montalvo, Antonio Marín Albalate... y muchos otros nombres componen su particular lista de lecturas apreciadas. Comentar los que más poso me han dejado haría esta entrada interminable, pero no puedo sustraerme de mencionar los dos ventanales luminosos en los que nos ilustra con sus soberbias impresiones sobre Las grietas del infierno y Anillo de Moebius, de Rubén Castillo (es mi debilidad, lo sé, y no pienso disculparme por ello) del que afirma: "es un escritor poderoso, dueño de un mundo narrativo propio, donde la palabra cobra una importancia y una dimensión inusuales...". Ay, esos insólitos momentos donde el placer aparece por partida doble.

Además de deleitarnos con la palabra de Pascual y ampliar nuestros horizontes como lectores, Algunos libros que leí despacio nos ofrece la singular oportunidad de aventurarnos y sacar conclusiones acerca de los aspectos que más motivan a nuestro valioso Pascual. Su afición a la poesía y al verbo lírico no será a estas alturas ninguna sorpresa. A esto podríamos sumar su gusto por lo universal, por lo que huye del terruño, por la reflexión serena y sin aspavientos, por la dialéctica que se establece entre lo novedoso y lo clásico, entre lo elegíaco y lo celebratorio. Su interés por asuntos tan trascendentales como la fugacidad del tiempo y el paraíso perdido de la memoria. Pero, por encima de todo y si no ando muy errada, a Pascual le apasiona que le cuenten el mundo tal como es, sin edulcorarlo ni soslayar las tinieblas, por lo que valora enormemente la honestidad, la verdad literaria. 

Sus letras también merecen ser leídas despacio, a sorbitos, ser paladeadas y gozadas con el mayor de los deleites.

2 comentarios:

  1. Como tengo moderación en los comentarios, y los dedos algo torpes, he eliminado involuntariamente el comentario de Pascual García que rezaba así: "Magnífica reseña de una lectora extraordinaria". Mil perdones.

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  2. Gracias, Aurora. Es hermoso saber que tus ojos beben libros tan hermosos como éste.

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