A menudo reflexiono sobre qué es, en general, lo que me hace disfrutar de una novela. En ocasiones es el engranaje argumental, la habilidad del autor o autora para articular con fluidez tramas y subtramas. Otras veces son los personajes, su desarrollo y la forma de conectar con ellos. Cuando hablamos de ciertos autores o autoras, la respuesta es: todo. Me ocurre, por ejemplo, con Susana Rodríguez Lezaun. No exagero si digo que la pamplonica me ha conquistado y se ha ganado a pulso un lugar en mi atestada biblioteca.
Bajo la piel (Harper Collins, 2021) es su quinta novela publicada e inaugura una saga que promete, protagonizada indiscutiblemente por la inspectora Marcela Pieldelobo. Tuve la suerte de escuchar la presentación de la obra de boca de la propia autora gracias, una vez más, a Cartagena Negra, y lo cierto es que dejó huella en mí. Tenía ganas de conocer a la inspectora Pieldelobo, y no me ha defraudado. Treintañera, con un carácter marcadísimo y una mochila a cuestas llena de momentos dolorosos y bocados difíciles de tragar, se hace facilísimo empatizar con ella. Me encandila su testarudez, su temeridad y su absoluta falta de respeto por las normas cuando la situación y el objetivo lo requieren.
En Bajo la piel, Susana Rodríguez Lezaun vuelve a su Pamplona natal como escenario de una investigación compleja y frustrante. Un vehículo despeñado cuyo conductor no aparece. Un bebé abandonado durante la noche en un lugar solitario. Pieldelobo logrará hallar el vínculo que une ambos acontecimientos y, al hacerlo, golpeará sin saberlo un nido de avispas furiosas dispuestas a cualquier cosa con tal de salvar su buen nombre. El método Pieldelobo no se ajusta precisamente a la legalidad, pero suele dar resultados. Sin embargo, en esta ocasión, jugará en su contra. La aparición del cadáver de la conductora del coche siniestrado y las dos muertes posteriores a esta confirmarán sin resquicio de duda las sospechas de la inspectora, que verá sus manos atadas por la cadena de mando al servicio de las altas esferas. Con la Iglesia hemos topado. Mejor dicho, con el Opus Dei. El caso se convertirá pronto en una obsesión para Marcela, una obsesión que estará a punto de quitarle la vida por partida doble.
En paralelo a la trama de investigación, y ocupando un lugar importante en el argumento de la novela, se va mostrando el universo privado que habita Marcela Pieldelobo. El traumático suceso que marcó su adolescencia, el dolor de un matrimonio roto, su decepción y su vergüenza. El tatuaje que cubre su cuerpo, metáfora perfecta de las heridas de su alma. La muerte de su madre. El pasado que vuelve para complicarle más la vida .Los refugios donde encuentra la calma. La profundización en la psicología del personaje no resta centralidad a la trama, sino que nos hace comprender mejor las acciones y reacciones de Marcela.
Susana Rodríguez Lezaun va creciendo como autora con cada nueva publicación. Su prosa es sencilla pero al grano. Su manejo de la tensión y de la intriga, soberbio. Sus personajes desportillados o rotos se quedan con el lector y forman parte de su vida diaria. Podría darles más argumentos, pero resulta que ya me está esperando En la sangre (más Pieldelobo) en la estantería. Ya saben, si les ha picado la curiosidad, háganse con ella y disfruten.
"Todo". Eso sí que resulta un elogio maravilloso, pleno y feliz. Esos libros nos salvan. Gracias por recordarlo.
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