Hay veces que una coge una obra con mucha ilusión y, cuando acaba, se queda más fría que una mañana de enero. Eso es justo lo que me ha pasado con los Cuentos de Terror de Sheridan Le Fanu. Quiero pensar que la culpa la tengo yo por haber elegido una edición "barata" (la de Plutón Ediciones) con una traducción que deja bastante que desear (pesimísima a ratos, diría yo), porque me parece imposible que el autor de mi adorada Carmilla me haya dejado tan indiferente.
Aun así, pensaré en los aspectos positivos para que la decepción no sea completa. Un punto a favor de Le Fanu es la ambientación de los relatos: los sitúa en el frondoso paisaje de su Irlanda natal, de un lujurioso verde durante el día y una siniestra oscuridad durante las horas nocturnas. Inmersos en lluvia, bruma y misterio. El atrezzo victoriano de escenarios y personajes también ayuda bastante, pero...
Ay, son muchos peros. Por un lado, Le Fanu basa sus relatos en el folklore irlandés, riquísimo en mitos y leyendas, por lo que me extraña y casi me ofende que sean tan repetitivos en cuanto a personajes y situaciones: disputas por herencias, vidas descarriadas y apariciones fantasmales que casi en su totalidad, conducen a la muerte. Pocos cuentos se salvan de este patrón. Por otro lado, la traducción es a ratos tan mala que, en lugar de inquietud, lo que me ha provocado ha sido una confusión mayúscula y algún bostezo de aburrimiento.
Dentro de un tiempo, tendré que volver a esta obra en versión original a ver si mejora algo. De momento, ustedes alejense de esta edición y no pierdan su precioso tiempo.
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