viernes, 2 de octubre de 2020

La Voz de los Otros, Rubén Castillo


 He de reconocer que empecé la lectura de esta colección de artículos con una cierta sensación de miedo e inseguridad. Hacía mucho que no leía (opiniones o reseñas aparte) textos de este tipo, y me inquietaba la idea de no comprender, de no estar a la altura. Afortunadamente no ha sido así, bien porque no estaba tan oxidada como creía, bien porque el autor encarrila su argumentación de forma apetecible y estimulante (me decanto más por esta segunda opción).

En La Voz de los Otros, Rubén Castillo regala al lector un agradable paseo por su perspectiva sobre las "pepitas" de oro que fue encontrando en sus primeros 25 años como lector (por aquel entonces, 2006; imaginen cómo habrá crecido su colección de pepitas 14 años después). Pensé en escribir unas cuantas líneas sobre cada uno de los artículos, pero ahora me doy cuenta de que saldría una entrada larga y probablemente farragosa, y no es esa mi intención. Solo les diré que ahora entiendo cómo nunca antes el "fuego sordo" que lacera los días de Horacio Oliveira, personaje central de Rayuela (de Julio Cortázar); que quiero leer Las máscaras del héroe, de Juan Manuel de Prada; que, a pesar de no ser muy fan de Pérez Reverte, el artículo del autor me ha hecho reflexionar seriamente sobre Territorio Comanche; que he conocido a un Neruda, dibujado con trazo preciso y finísimo, desconocido para la gran mayoría de lectores; que en alguna de estas vidas haré lo posible para leer a Pascual García (ya he leído alguna cosa suya y es impresionante); que me alegra coincidir en su opinión sobre El vuelo de las termitas de Luis Leante y que sea uno de los tesoros de mi biblioteca; y que escuecen los versos de Marta Zafrilla como una esponja empapada en vinagre y puesta encima de la herida recién abierta.

Si me preguntaran cuál es el que más me ha gustado, no sabría muy bien qué responder. Sin embargo, si me preguntaran por qué me ha gustado, la respuesta estaría muy clara: su forma de enfocar el análisis de las obras y su aproximación a los autores exentas de asepsia, transmisoras de su asombrosa pasión por la literatura. Eso, y que me ha permitido conocer fragmentos de ciertas inquietudes e intereses de la pluma que desde no hace mucho provoca terremotos en mi mundo interior.

1 comentario:

  1. No sabría encontrar palabras de gratitud que estén a la altura de tu generosidad. Te lo agradezco en silencio, pero con el mismo cariño.

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